La checa Petra Kvitova no lo puede creer. No reacciona. Apenas terminó de jugar la final de Wimbledon, ni bien cerró el 6-3 y 6-4 frente a María Sharapova, se arrodilló y puso sus manos en el rostro. Claro, a los 21 años se quedó con un Grand Slam, su primer Grand Slam, luego de vencer a una jugadora que fue señalada como favorita a quedarse con el título en un torneo en el que las grandes, las primeras del ranking, se despidieron muy pronto.