“Si gana, mejor, pero lo que me gustaría es que haga un buen papel”. Son las 12.30 de un día caluroso en Tandil y Héctor Pico Mónaco habla con cautela sobre la final de la Copa Davis que Juan jugará este fin de semana en Sevilla, donde Argentina definirá contra España quién se quedará con la Ensaladera de Plata. Sentado en un sillón de la casa de Piquito -el tenista-, Pico -el original-, recibe a 442 y repite, cada vez que puede, que más allá de los éxitos deportivos -siempre bienvenidos- lo verdaderamente importante es ver cómo su hijo deja todo en la cancha. Y disfrutarlo.