Si hay algo se esperaba de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 era que fuera bien brasileña, a diferencia de lo que había ocurrido en el Mundial 2014. Y cumplió con todas las expectativas. Alegría al por mayor, con ese toque carioca que hizo que el Maracaná sea una fiesta. La música, el baile y la tecnología armaron una puesta en escena acorde a la máxima cita del deporte mundial.
Tan brasileña fue la celebración que cuando Luis Scola se acercó por la puerta con la bandera argentina, el público se hizo un solo silbido para hacerles saber que la fiesta era solo de ellos.
Los atletas argentinos vivieron su propia fiesta. Cantando el ya famoso “esta es la banda, de la Argentina, que está saltando, de la cabeza, se mueve para acá, se mueve para allá, esta es la banda más loca que hay” entraron a un escenario que terminó aplaudiéndolos tibiamente.
Pero ni siquiera ese mal trago del inicio pudo opacar lo que fue el comienzo de unos juegos que ayer en el Maracaná tuvo a los mejores deportistas del planeta, y fiel a los brasileños fue “la mais grande do mundo”.