¿Se puede decir que River está ante el partido más importante de su historia? ¿Se puede pensar que una derrota –y consecuente descenso– sería la peor desgracia en sus 110 años? ¿Existe lugar para creer que se puede revertir lo que parece –o se presume– como inevitable? ¿Perderá sus pergaminos, su prestigio? ¿Ya no será el más grande, lejos? ¿Lo expulsarán del grupo de los cinco? ¿Seguirá siendo considerado un campeón eterno? ¿Un descenso ayudaría a recomponer el orden económico e institucional que hace tiempo perdió? ¿Tiene fuerzas suficiente el equipo para sobreponerse al golpe?
Son algunos de los muchos interrogantes que genera River estando a 90 minutos de la Primera B Nacional. Claro que todo forma parte de un contexto, pero es un contexto inédito para el club, uno que jamás pensó que iba a vivir. El ejercicio es mirar con cierta perspectiva las cosas, aun cuando la pasión de hinchas, no hinchas, medios, protagonistas y todo el que opina no permita una conclusión contundente.