Cuando el rugby no aparece, cuando no son superiores al rival, cuando todo indica que van a ser derrotados, aparece la mística Puma. Esa que en 1999 hizo que Diego Albanese apoye el try contra Irlanda, para conseguir la histórica clasificación a los cuartos de final; esa que también dijo presente en el 2007, cuando Nani Corleto pasó como un avión por al lado de Manuel Contepomi para recibir la pelota, e ir directamente hacia el ingoal francés y que ahora en el 2011, y contra Escocia, como no podía ser de otra manera, volvió a aparecer.
Esta vez, el rival fue un viejo conocido, que en los últimos años, y más precisamente en la era Phelan, venía por encima en el historial, habiendo ganado los últimos dos enfrentamientos en tierra rioplatense. Por eso el respeto entre ambos conjuntos era absoluto.