Al principio y al final. En los segundos iniciales, y en el último segundo. Arsenal hizo que River terminara con una derrota –una más– su semestre. Lo remató cuando el empate parecía sellado, y se aseguró el tercer puesto de su zona, una posición más que digna, sobre todo porque empezó la temporada con riesgo de descenso.
Las emociones del partido fueron a los 23 segundos del primero; al minuto y medio del segundo; y en el descuento. El resto del partido, es decir 88 minutos, estuvo de sobra. O al menos, para no ser tan drásticos, sirvió para ilustrar el semestre de River: opaco y sin emociones. Para olvidar.
La noche en Sarandí, además, fue una despedida para algunos. O una prueba para saber si tienen chances de quedarse. Gallardo analizó este partido seguramente más interesado por eso que por los tres puntos que estaban en juego. Y algunos, se queden o no, parecen haber llegado a situaciones límites: uno de ellos es el Pity Martínez, que nunca pudo –ni anoche ni nunca– demostrar en River lo que hizo en Huracán. Pisculichi, otro de los talentosos, también pudo haber jugado su último partido.
Todo empezó mal por el tiro de afuera de Barbieri, que sorprendió a Batalla, cuando todos estaban acomodándose al partido. River no reaccionó a ese golpe inicial en casi todo el primer tiempo. Recién lo pudo hacer sobre el final, con un mano a mano de Alonso que Pellegrino tapó bien.
Pero ni bien empezada la segunda parte, el equipo de Gallardo encontró un regalo del árbitro, que vio un penal inexistente de Barbieri a Mayada. Alario, siempre efectivo, lo convirtió en el empate. Y como había pasado antes, después de ese gol, todo se aplacó. Gallardo hizo entrar a varios jugadores para que tuvieran su despedida de la temporada, como Driussi o Lucho González.
Barbieri, que protagonizó casi todas las jugadas relevantes de la noche, pudo poner el 2-1 a los 30, pero Batalla se lo impidió. Y en el final, un centro de Corvalán llegó a la cabeza de Vuletich, quien hizo que una noche para el olvido, para él fuera soñada.