No caben dudas: el Real Madrid vive una crisis de las más graves de su historia. Y eso quedó bien en claro hoy con la asunción de Vicente Boluda como presidente del club en lugar de Ramón Calderón, quien acosado por denuncias de corrupción renunció al cargo al borde del llanto y denunciando el "triunfo de la injusticia y la maldad".
Así, después de dos años y medio al frente del club, el sueño de Calderón concluyó en pesadilla. Un mal trago tan fuerte como el que vive el hace algunos años considerado "mejor club del Siglo XX" por la FIFA, que ahora tendrá a Boluda como presidente hasta las elecciones que en el verano español permitirán definir al nuevo mandatario.
En una multitudinaria rueda de prensa celebrada varias horas después de que se filtrara su renuncia, Calderón anunció: "En contra de la voluntad de la Junta Directiva he tomado la decisión de ceder la presidencia del club, con la única esperanza de que la entrega de mi cabeza ayude a pacificar una masa social alterada y confusa".
Tras una noche de jueves con múltiples marchas y contramarchas acerca de su renuncia, el de hoy fue un día larguísimo para Calderón, quien llegó a las oficinas del estadio Santiago Bernabéu media hora antes de las 12 del mediodía, cuando comenzó una reunión junto a directivos y colaboradores.
El hasta hoy titular merengue caminó en silencio hacia una sala de reuniones del estadio y lo primero que hizo fue comunicar a sus directivos la decisión: "Me voy, no aguanto más". Tras 90 minutos de reunión, se marchó a comer junto a sus colaboradores más íntimos y cuatro horas después ofreció su última conferencia como presidente del Real.
"Me voy con las manos limpias, con la conciencia tranquila y con mucho menos dinero y salud que cuando empecé el mandato", dijo Calderón, en un sutil mensaje a quienes le acusaron de diferentes actos de corrupción, de los que recién el último (la presunta manipulación a su favor de una votación de socios) logró sacarlo finalmente del Real Madrid.
Con el diario deportivo Marca como estandarte, las denuncias vertidas por varios medios de prensa fueron claves para derribar al presidente de uno de los clubes más poderosos del mundo, quien finalizó su alocución casi con un hilo de voz, al borde de las lágrimas y despidiéndose con una emocionada loa hacia su mujer, Teresa, y sus hijos.
"Pido como último favor un respeto para todos ellos", dijo Calderón, que en su mandato apostó fuerte por la contratación de futbolistas argentinos y holandeses, en detrimento de los brasieños que hace años promocionaba Florentino Pérez desde la presidencia.
Leer hoy las primeras páginas de los periódicos, con su nombre y el de su familia vinculados a diversos escándalos de corrupción, terminó de convencer a Calderón de que la única alternativa era la renuncia, opción que había barajado y descartado en la noche del jueves.
"Teresa volvió a hablarle y casi a rogarle que se marchara", relató hoy a la agencia DPA un estrecho colaborador de Calderón. Atrás quedó así el mandato más polémico de la historia del Real Madrid, marcado por la conquistas de dos Ligas españolas y una Supercopa pero también por la incansable sombra del escándalo, que persiguió a Calderón de principio a fin.
Tras la despedida de Calderón, Boluda lo abrazó casi como se abraza al hijo de un difunto y tomó la palabra, en una intervención poco memorable de apenas dos minutos. Apenas anunció elecciones y pidió "unión y responsabilidad" para gobernar el club hasta los próximos comicios.
La conferencia se cerró sin pregunta alguna por parte de los hombres de prensa, quizás porque comprendieron que no era el momento de acosar a un presidente abatido y que Calderón es pasado en un club que, con cinco presidentes en los últimos 35 meses y pese al lujo que dice encarnar, vive ya la era Boluda.
Fuente: DPA.