El joven australiano Thanasi Kokkinakis, de apenas 21 años, se dio el gusto de eliminar este sábado al suizo Roger Federer, en la segunda ronda del Masters 1000 de Miami. Fue una sorpresa devastadora para el público, que asistía en la convicción de una fácil victoria del suizo, sobre todo porque enfrente tenía a un joven proveniente de la clasificación preliminar, ya que su ranking de 176° no le permite ingresar directamente a los cuadros. La cuestión es que Federer gano el primer set 6-3, hasta allí todo parecía ir por los carriles esperados, pero el saque el australiano comenzó a hacerse notar con tremendo poder en el segundo set y ganó ese parcial también por 63, hasta que en el tercero. Cuando se esperaba que el suizo "pusiera las cosas en su lugar", llegaron al tie break en el tercer set y ante la sorpresa general, Kokkinakis dio el gran golpe, eliminando al gran Roger por 7-6 (7-4). Algunos ironizaban señalando que el suizo "creyó ver del otro lado de la red de nuevo a Del Potro", ya que Kokkinakis no solo es parecido al argentino, alto y desgarbado, sino que hasta lució una remera con los mismos colores y diseño que el argentino utilizó la semana pasada, justamente cuando venció a Federer en la final del Masters 1000 de Indian Wells...
Bromas aparte, la caída fue dura para Roger, no sólo porque despedirse de un Masters 1000 en segunda ronda es la excepción a la regla para su nivel de campeón, sino porque los puntos que no pudo defender del ranking harán que el español Rafael Nadal vuelva a quedar como nuevo número 1 del mundo. Un mal día, sin duda para el suizo, que tardará en olvidar a esos "flacos altos" de remera naranja y negra con los que se cruzó en estos días en los Estados Unidos...
"No puedo creerlo", dijo Kokkinakis emocionado, era su primer enfrentamiento con la leyenda del tenis mundial, y el marcador final quedó en 3-6, 6-3 y 7-6. El australiano había superado la primera ronda al frances Calvin Hemery, también con su potencia en el servicio como arma saliente y si bien cometió 7 dobles faltas, se anotó la misma cantidad de aces.
Para Federer, que llegó invicto en este 2018 a la final con Del Potro del fin de semana pasado, era la búsqueda del cuarto título en Key Biscayne (ganó en 2005, 2006 y 2017), pero fiel a su estilo, no puso excusas. "Lo felicito, me ganó muy bien" dijo. Y el estadio lo aplaudió cuando se iba como el gigantesco campeón que es, aun perdiendo.