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Un Gol en Mar del Plata

Era un Gol y no era un Falcon; pero al parecer el titular del vehículo es Falcone de apellido. Ya vemos lo que los significantes pueden ser capaces de hacer. No era entonces un Ford Falcon, sino un Volkswagen Gol, y no era verde sino azul. Pero la idea en lo esencial es la misma. Acaban de encontrarlo en la parte de atrás de una casa en el barrio San Jacinto, de Mar del Plata.

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Era un Gol y no era un Falcon; pero al parecer el titular del vehículo es Falcone de apellido. Ya vemos lo que los significantes pueden ser capaces de hacer. No era entonces un Ford Falcon, sino un Volkswagen Gol, y no era verde sino azul. Pero la idea en lo esencial es la misma. Acaban de encontrarlo en la parte de atrás de una casa en el barrio San Jacinto, de Mar del Plata. El coche está desmantelado, casi sin identificación, aunque los peritajes parece que van a llevar a su dueño y su dueño parece que es amigo de Miguel Etchecolatz. Alguien dijo haber visto que en un coche así se llevaban a Julio López allá por 2006.

2006: es el pasado. Es pasado como es pasado el ’76, aunque no lo sea tanto. No hay que quedarse en el pasado, ya lo decía el doctor Menem mientras daba los indultos y reforzaba en la Argentina una era de impunidad. No hay que quedarse en el pasado, sino atender al presente. Pero atendemos al presente y en el presente qué encontramos: un Volkswagen destartalado y a Julio López que no aparece. Eso entonces qué viene a ser, ¿el pasado o un presente? No es pasado ni es presente, sino las huellas presentes de un pasado. Porque las huellas de cualquier pasado existen siempre en presente, es la única conjugación que admiten.

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Son huellas o son ruinas, al igual que el Volkswagen en ruinas que acaban de encontrar. Pero como ese Volkswagen, aunque viejito, un modelo que ya no corre más, no está exactamente en ruinas, sino más bien arruinado, no es posible ver su pasado sin advertir a la vez las marcas de una acción en pleno presente. Entonces no es para nada cierto que la vuelta al pasado sea sólo una vuelta al pasado. Es la atención puesta en aquello que el pasado todavía nos hace.

Félix Bruzzone, el autor de Los topos y de 76, decía hace poco que es preciso evitar ya el recurso al Falcon verde en la narración literaria. Evitarlo para evitar la facilidad del estereotipo, para eludir lo más trillado, para saltear el lugar común y poder seguir pensando. Puede que no solamente la literatura vaya a darle la razón, sino también la realidad.