Cuando el partido con Cruzeiro ya era pasado, cuando Boca disfrutaba de llegar a las semifinales de la Libertadores y la predicción-deseo de Riquelme estaba un poco más cerca de concretarse –eso de que el equipo está en un momento difícil, pero “a sesenta días de darnos una alegría”–, Guillermo Barros Schelotto sintió que debía poner en palabras lo que había sucedido en Belo Horizonte. Como una forma de homologar su trabajo y de alejar los fantasmas que merodeaban sobre él luego de la derrota con River y la eliminación con Gimnasia. “El técnico de Boca supo ganar el partido, el DT de Cruzeiro no supo ganar su partido”, dijo, en tercera persona del plural, el Mellizo. Así, neutralizó las críticas al arbitraje de Mano Menezes y subrayó, sobre todo, que si el equipo había avanzado de ronda, entre otras razones, era por su planteo táctico.
A diferencia de lo que sucede con Marcelo Gallardo, ubicado en la cumbre piramidal de los técnicos argentinos, Barros Schelotto sabe que debe regenerar la empatía y la confianza con el hincha de Boca y con el público en general. En las últimas semanas, el Mellizo fue señalado por las derrotas y por casi todos los problemas que desgastan a Boca. Encima, la exaltación y veneración a Gallardo deja al Mellizo casi en ridículo. Cada vez que gana Boca, Barros Schelotto es un actor de reparto. Cada vez que gana River, Gallardo es un actor protagónico.
En Brasil, en cambio, el Mellizo se atribuyó buena parte de la responsabilidad del resultado: armó un equipo para defenderse y le salió bien. Fue sólido atrás –basándose en la dupla Magallán-Izquierdoz– y en el despliegue del uruguayo Nahitan Nández, una de las figuras de la noche.
La estructura defensiva que armó el Mellizo hizo que Cruzeiro solo generara peligro a través de centros o pelotas paradas. El plan funcionó: le cortó el circuito de juego en el medio durante casi todo el partido, y cuando tuvo que tener la pelota, los cambios que eligió funcionaron en ese sentido: Gago, Cardona y Wanchope Abila le aportaron contención. “Nos salió el partido que habíamos planeado”, reconoció después del partido. Una manera –otra más– de dejar en claro que él también puede destrabar las series desde el banco.
Ante Racing: con Gago y Tevez. Aunque el entrenador aún no dio a conocer el equipo que pondrá mañana cuando Boca visite al líder Racing por la octava fecha de la Superliga, se estima que Agustín Rossi seguirá en el arco y regresarán al equipo titular Fernando Gago y Carlos Tevez.
Entonces, el probable equipo de Boca que jugaría ante Racing sería Rossi; Gino Peruzzi; Paolo Goltz, Leonardo Balerdi (o Carlos Izquierdoz o Lisandro Magallán), Emmanuel Mas; Emanuel Reynoso, Gago, Agustín Almendra, Edwin Cardona; Cristian Espinoza y Tevez.
Además, el que se incorporó fue el arquero Carlos Lampe, quien se mostró “feliz” por “llegar a Boca”, a la que definió como “una posibilidad única”. El arquero tiene 31 años y fue convocado a la Selección de Bolivia para los próximos amistosos.
