Supongamos que te preocupa tu peso corporal, entonces decides poner manos a la obra y empezar a buscar información sobre las soluciones posibles. En efecto, lo primero que suelen hacer los pacientes antes de llegar al consultorio es abrir el buscador de Google y escribir: “cómo perder peso”. Automáticamente, sale la opción de agregarle la palabra “rápido”, eso significa que además de representar la búsqueda más frecuente también constituye la publicación más encontrada. Presionamos enter, y aparecen los resultados.
Primero emergen los enlaces patrocinados, es decir, aquellos que pagan para ubicarse primeros en el listado. No significa que sean los mejores, ni los que más saben ni los que den óptimos resultados, sino que representan aquellos que más dinero invierten en publicidad. Encabezando las ofertas de soluciones se despliegan:
1. Dieta para quemar tu grasa abdominal en siete días: el plan de pérdida de peso online más fácil de seguir.
2. Pierde 15 kg rápido con la dieta cetogénica más moderna del momento.
3. La dieta militar de tres días para perder peso y detoxificar tu organismo.
4. Cómo acelerar el metabolismo para bajar de peso rápido y sin dieta.
5. Las cinco claves para perder 10 kg de manera definitiva sin efecto rebote.
Conociendo lo que sucede en la web, resolví cambiar la búsqueda que supongo que harían los pacientes y escribí: “tratamiento para el sobrepeso y la obesidad”, esperando encontrar los centros médicos que existen en la Argentina para el tratamiento de la obesidad, centros como el mío o algunos más de los que dirigen los principales profesionales formados en el tema en Argentina. (...)
Pero no, ninguno de nosotros aparecíamos. Nada de información porque aparecen los enlaces patrocinados nuevamente, que venden distintos tipos de métodos de adelgazamiento.
Para seguir con una búsqueda actualizada y ver qué encontrarían los pacientes quizás más jóvenes en esta era de soluciones rápidas, pregunté al novedoso ChatGPT cómo puedo hacer para bajar de peso, y me respondió:
Para bajar de peso, es importante llevar una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente. Algunos consejos para bajar de peso incluyen evitar los azúcares y los almidones (como el pan, la pasta y las patatas), comer proteínas magras como la carne de ave, el pescado, las legumbres (como las lentejas, los frijoles y los guisantes) y el yogur griego.
También es importante evitar las calorías líquidas [supongo que se refiere al alcohol y las gaseosas]. Además de llevar una dieta saludable, es importante hacer ejercicio regularmente. Para perder peso, es necesario quemar más calorías de las que se consumen por día.
Sr. ChatGPT, ¡chocolate por la noticia! Usted está mejor entrenado que Google, eso seguro. Pero no da ninguna información extra más allá de lo que ya sabemos, ¡resume todo a una dieta y a moverse más! Qué desilusión, herramientas de última tecnología que recomiendan lo mismo que recomendaba Hipócrates, casi cinco siglos antes de Cristo, encima escrito bastante mal, mi editora le diría al ChatGPT que tiene unos cuantos problemas de estilo.
Ahora los llamo a la reflexión: qué pasa que nadie se da cuenta de que más allá de que llenen la web de productos adelgazantes y consejos divinos, ¡la gente no puede llevarlos a cabo! ¿Cuál es la contradicción que se enmascara que cada vez hay más soluciones para adelgazar, pero el mundo entero sigue engordando?
Seguí pensando en mis lectores tratando de leerles el pensamiento para ver qué buscarían para hallar una solución y como tercera opción volví a Google y pregunté: ¿dónde puedo hacer un tratamiento de obesidad en Argentina?, y me derivó a una página con los lugares que 1) son para bajar de peso, es decir, orientados únicamente a hacer dieta o 2) son gimnasios o técnicas fit de descenso de peso por ejercicio físico de distintas características.
Así que llegamos a lo mismo. Mi primera conclusión: si los pacientes con obesidad buscan información en la web, todo queda reducido a hacer la mejor dieta y moverse más. Entonces hay distintas propuestas de marketing supercautivas para que puedan elegir de ambas cosas.
Lo más grave es la oferta de una gran cantidad de alternativas terapéuticas en manos de personas sin formación profesional en el tema, que supuestamente basan sus métodos en sus experiencias, en sus creencias o en sus resultados. Todos enmascarados en promocionarse como “motivadores de vida sana” y logran manejar a sus clientes como una especie de secta, un público cautivo.
No se trata de profesionales que hayan jurado por la salud de las personas, no los ven como pacientes sino como potenciales pagadores de una cuota. (...)
También se los puede encontrar en las redes atacando en modo hater a quienes los quieren desenmascarar. Ya que, si pones manos a la obra para informarle a la población sobre los riesgos de los diferentes núcleos de grupos de estas características, salen todos a defender y atacar, eso sí, mientras les está funcionando y están en la etapa de descenso rápido y supermotivación.
*Autora de Cuánto te pesa tu peso. Editorial El Ateneo (fragmento).
