Recursos Humanos perdió la brújula y no encuentra el norte. Se desconfiguró el mercado laboral tal como lo conocía y se están escribiendo las nuevas reglas de juego, que además día a día cambian al ritmo de la innovación.
En la Argentina estamos acostumbrados a pensar dentro de los límites de nuestras reglas políticas, económicas, financieras y fiscales, pero el mundo de los negocios decidió hacer caso omiso de nuestros hábitos y, atravesado por la pandemia y la transformación digital, se encargó de reconfigurar el escenario laboral argentino.
El nivel de demanda laboral ahora es internacional, regional y local, por lo que deja de responder a las necesidades de las empresas incumbentes, tal como venía siendo en los últimos 3 años.
Esto significa que cualquier empresa, en cualquier lugar del mundo, puede decidir contratar a un argentino y estructurar su salario en pesos, dólares, euros o bitcoins, sin demasiadas limitaciones.
Los argentinos anteponen el crecimiento laboral al salario en la búsqueda de empleo
Lo que sucede entonces es que las pequeñas startups innovadoras, fondeadas por los grandes inversores globales, capturan el talento que hoy trabaja en las empresas tradicionales y les ofrece participar de la construcción de un nuevo mundo digital, al límite de lo alguna vez soñado, por cifras salariales internacionales y atractivas, haciendo que de este modo la competencia sea desigual, porque una empresa tradicional que compite en un mercado local hace 25 años, y no logró invertir en transformación digital ni acercarse a la nueva mentalidad 4.0, pierde olas y olas de empleados valiosísimos cada día que pasa.
Un mercado con fuerte competencia
Es tal el nivel de atracción de los unicornios (empresas valuadas en USD 1 Billón) y los startups, que el mundo HR ya no sabe cómo retener a sus empleados ni cómo frenar el caudal de salida de sus mejores talentos.
Y para agravar aún más la situación, el proceso de toma de decisiones de aquellas medidas que podrían estructurarse para mitigar este impacto, está centralizado en algún país de Europa o EEUU, lo cual lo hace burocrático, lento y poco efectivo, léase, tradicional.
Entonces esto ahuyenta también a los posibles reemplazos que podrían sumarse a esa empresa histórica y de renombre, pero que ya ha perdido el brillo y todo su encanto. Surge la pregunta de HR, acerca de cómo puede atraer y fidelizar a potenciales candidatos, cuando todas las miradas apuntan a otros tipos de negocios.
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Este desafío es uno de los principales problemas que tiene HR y todo el equipo directivo de las organizaciones actuales, que deben seguir siendo competitivas con el mejor talento que puedan conseguir en el mercado laboral, ofreciendo ahora un paquete de beneficios distinto, otro grado de flexibilidad, entendiendo que deben comportarse de otro modo porque el poder de negociación ahora está en manos del candidato, cuya experiencia debe ser impecable de punta a punta para que pueda tener un recibimiento adecuado, el reconocimiento que espera, las oportunidades de crecimiento deseadas y llegado el caso, una salida prolija y veloz.
La capacitación como una de las respuestas
Una de las posibles respuestas puede hallarse en la capacitación y el desarrollo permanente de los colaboradores, algo que les ofrezca la posibilidad de volver a elegir la empresa en la que trabajar una y otra vez, aún cuando los contacten por redes sociales constantemente y sean tentados por el alto nivel de demanda de un mercado globalizado y sin fronteras que hoy sacude a las organizaciones en Argentina.
Pensar en invertir en la formación de los empleados deja de ser optativo y se vuelve casi una necesidad para que HR pueda recuperar el control de la brújula, fijar nuevamente el norte, alinear los intereses de la empresa con el de los colaboradores y participar del juego con la posibilidad de construir, ahora sí, equipos de alto desempeño que lleven a la empresa a alcanzar su máximo potencial.
* Managing Partner | Grupo DNA