Son muchos los argentinos que contemplan la idea de irse a vivir a Uruguay. Al momento de tomar la decisión, hay que tener en cuenta algunos indicadores que podrían ayudar a dar ese paso con mayor certeza.
Por ejemplo, hay que saber cuánto sale la vivienda. Del otro lado del Río de La Plata, el alquiler de un departamento de dos ambientes representa el 71% del salario bruto promedio de un empleado del sector privado. Al tiempo que, un alquiler similar en Buenos Aires representa el 47% del salario bruto medio de un empleado en relación de dependencia.
Otro gasto vital para la vida de hoy en día es el servicio internet. En Uruguay, un abono por fibra óptica representa el 3,20% del salario promedio de un empleado del sector privado, mientras que de este lado del Río, el mismo abono ocupa el 2,40% del salario medio.
Los datos se desprenden de un estudio realizado por la consultora de talento Randstad, que comparó sueldos y costo de vida entre las dos capitales de los países hermanos. La investigación se dio a conocer ahora, pero el relevamiento de datos se concretó durante el mes de febrero.
La investigación de Randstad resulta así de utilidad para quienes contemplan la posibilidad de emigrar al Uruguay, ya sea por razones profesionales o personales.
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En Argentina, la media de remuneración bruta en el sector privado formal se ubica en los $83.324 brutos; mientras que en Uruguay esta cifra se estima en los $42.360 pesos uruguayos.
Cada país fija la remuneración mínima que rige por ley. El salario mínimo vital y móvil en Argentina es de $33.000 pesos argentinos, mientras que del otro lado del charco se posiciona en los $19.364 pesos uruguayos.
Remuneraciones por ocupación en Uruguay y Argentina
El relevamiento llevado adelante por Randstad suministra información sobre los salarios de referencia en cada país para distintas ocupaciones y profesiones. Por ejemplo, el sueldo bruto de un operario industrial en Buenos Aires ronda los $80.000 pesos, mientras que en Montevideo es de $30.300.
La remuneración bruta inicial de referencia de un empleado administrativo en Argentina es de $90.000, mientras que en Uruguay ronda los $29.650.
En uno de los rubros más demandados a nivel internacional, el IT, los salarios de referencia de un programador junior en argentina arranca en los $90.000 pesos brutos, mientras que en el país vecino, el sueldo arranca en los $50.000 uruguayos, también para un puesto junior.
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Desde ya, estos datos ofrecen un panorama general de referencia, ya que las remuneraciones de mercado de las diferentes posiciones laborales, tanto de profesionales ejecutivos como de posiciones operativas y mandos medios; se encuentra por encima de estos umbrales iniciales y dependen de la calificación, del nivel de estudios máximos alcanzado y la actualización profesional del candidato, así como su trayectoria, seniority y expertise.
“Tanto en los casos en que un profesional decide desarrollar su carrera fuera del país, como cuando debe analizar una propuesta laboral que implica una relocalización; es muy importante ir más allá de los valores nominales de salarios e interiorizarse sobre indicadores de costo vida en la ciudad de destino; ya que eso es lo que a fin de cuentas determina el poder adquisitivo de la remuneración y la calidad de vida a la que podrá aspirar con ella”, aseveró Andrea Ávila, CEO de Randstad para Uruguay y Argentina.
Indicadores de costo de vida en Montevideo y Buenos Aires
El estudio de Randstad indaga algunos costos de productos y servicios que sirven de referencia para estimar el costo de vida en Montevideo y Buenos Aires.
- Vivienda
El primer factor relevado, y el de mayor peso relativo, es el de la vivienda. En Uruguay, el alquiler de un departamento de dos ambientes en una zona media de Montevideo oscila los $30.000 uruguayos, cifra que representa el 71% del salario bruto promedio del sector privado ($42.360). Un arriendo de iguales condiciones en Buenos Aires ronda los $39.000 pesos, valor que representa el 47% del salario bruto medio de un trabajador del sector privado ($83.324).
De esta manera, los datos arrojados por el informe muestran que el costo habitacional resulta más elevado en Uruguay (24%), teniendo en cuenta la media del salario bruto de cada país.
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- Tecnología
Otro gasto imprescindible de la vida actual es el internet. Un abono por fibra óptica de 100 MB en Uruguay ronda los $1.355 pesos uruguayos por mes, el 3,20% del salario promedio. En Argentina, el mismo abono parte de los $1.999, el 2,40% del salario medio. Con una brecha más reducida que la de la vivienda, la conectividad también resulta más cara en Uruguay.
Otro factor relevante es la tecnología. Una computadora de primera marca, con procesador Intel i3, 8 GB de RAM y disco sólido de 256 GB, se consigue en Uruguay por $30.116 pesos uruguayos, es decir, el 71% de un salario bruto medio. La misma máquina comprada en Argentina sale unos $86.652 pesos, el 104% de un sueldo bruto medio. El acceso a la tecnología, claramente, resulta más oneroso de este lado del Río de la Plata.
- Canasta básica
La canasta básica y el precio de los alimentos es otro factor que influye considerablemente en el bolsillo de los ciudadanos. A nivel mundial, es reconocido el “Índice Big Mac” para comparar el poder adquisitivo en los diferentes países.
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Emulando este concepto, Randstad da cuenta que un Combo “Big Mag” mediano se puede conseguir por $475 pesos uruguayos, el 1,12% del salario mediano bruto del país vecino. En Argentina se consigue por $720 pesos, es decir, el 0,86% del salario mediano bruto argentino, por lo que este indicador impacta de manera muy similar en remuneración media bruta de ambos países.
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Naftas y movilidad
En Uruguay el litro de nafta súper cuesta $70,41 pesos uruguayos, es decir, 0,17% del ingreso bruto medio de Uruguay. Mientras que en Argentina sale unos $99,00 argentinos; el 0,12% del salario mediano bruto, por lo que este indicador tiene también un impacto muy similar en los dos países.
Sobre estos resultados de la investigación, la CEO de Randstad comentó: “Si bien la corta distancia que nos separa con Uruguay es un elemento positivo para analizar una posible radicación allí; no hay que perder de vista que aún con la cercanía, las similitudes culturales, el idioma en común (…) radicarse en otro país siempre es una decisión difícil por los vínculos y el desarraigo y no todos los que analizan emigrar están dispuestos a dar el paso”.
