El gobierno nacional, el sindicato y la industria láctea acordaron ayer flexibilizar el convenio colectivo del sector, a cambio de una asistencia financiera para la cooperativa Sancor. Los ministerios de Trabajo y Agroindustria informaron el cierre de un acuerdo, del que participó Producción, junto al gremio Atilra con el Centro de la Industria Lechera (CIL) y la Asociación de las Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel).
Las autoridades laborales consignaron que hay un “compromiso de las partes de modernizar el convenio colectivo del sector y modificar el aporte patronal permanente” con el objeto de “impulsar el desarrollo y la competitividad” sectorial.
“El gobierno nacional anunció que asistirá financieramente a Sancor Cooperativas Unidas en el marco de un plan de reestructuración sustentable que permita su desarrollo”, se informó oficialmente. Se estima que la empresa recibirá una asistencia del Estado nacional del orden de los $ 450 millones.
Atilra informó, por su parte, que “el acuerdo definitivo se firmará mañana (por hoy) al mediodía”. “Consecuentemente, y en virtud del compromiso que acabamos de firmar, a partir de este momento levantamos la medida de fuerza en forma tranquila y pacífica, tal como se ha venido desarrollando desde el comienzo de la puesta en marcha de la misma y durante su duración en el ámbito de todo el país”, señaló el sindicato.
Insignia. Sancor es la principal empresa de Santa Fe, con casi 80 años de vida, 70 cooperativas asociadas, más de 1.500 tamberos, 4.500 empleados y más de 22 mil trabajadores indirectos.
El gobierno del socialista Miguel Lifschitz siguió muy de cerca las negociaciones que se llevaron a cabo en Buenos Aires.
Los problemas financieros de Sancor son de larga data, por su estructura sobredimensionada, a lo cual se agregó el pésimo negocio de exportar leche a Venezuela en los años del kirchnerismo.
Según su último balance, la cooperativa tuvo una pérdida de $ 2.421 millones, mientras que en 2015 tuvo un quebranto de $ 447 millones y de $ 263 millones en 2014.
La compañía había sido beneficiada por el gobierno nacional a través del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear), con un crédito de $ 250 millones para ser destinado a capital de trabajo. El crédito se había sumado a la venta que tuvo que hacer a mediados del año pasado de su línea de yogures por US$ 100 millones a Vicentín.