Perfil
MODO FONTEVECCHIA
Base monetaria

Fernando Marengo: "El ahorro financiero no es positivo, contrae la economía"

El economista explicó que entre abril y octubre los argentinos demandaron "30.000 millones de dólares para atesoramiento". "Fue una contracción de actividad económica", dijo.

Fernando Marengo, economista
Fernando Marengo, economista | Cedoc

Fernando Marengo, explicó Argentina destinó un equivalente a cinco puntos del PBI al ahorro en dólares. En este sentido, aseguró que "el ahorro financiero no es positivo" porque contrae la actividad. "Lo que afecta la demanda de dinero es si hay confianza", dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Fernando Marengo es licenciado en Economía de la Universidad Nacional de Tucumán, con maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Actualmente se desempeña como economista en la firma norteamericana Black Toro y es la mano derecha de Ricardo Arriazu, probablemente el economista más respetado de la Argentina.

Luis Caputo "tratará" de no emitir más deuda bajo legislación extranjera para pagar los vencimientos de enero

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Como una especie de balance corolario de este 25, nos gustaría su propio balance en términos económicos del país.

El año arrancó con un esquema cambiario que venía de arrastre desde que inició el Gobierno con el famoso crawling peg. El resultado fue una fuerte desaceleración de la tasa de inflación, una recuperación de la actividad económica de manera claramente heterogénea, pero una rápida recuperación de actividad económica, y un Banco Central que había logrado comprar más de 25.000 millones de dólares al mercado de cambio, que no terminaron engrosando las reservas porque se destinaron al pago de deuda de importaciones y por la falta de acceso del gobierno al mercado de capitales para pagar los servicios de deuda en moneda extranjera a partir de abril y la negociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Separaría dos partes en el programa. Una primera parte del famoso esquema de bandas, buscando ponerle incertidumbre al tipo de cambio, que hasta el mes de julio funcionó de manera relativamente correcta. A pesar de que, si uno ve, a partir de abril empezó a subir la tasa de interés, empezó a acelerarse un poco la tasa de inflación y la economía tendió a estancarse. En el mes de julio vino un segundo período, marcado primero por la cancelación de las LEFIs, este instrumento que utilizó el Banco Central para manejar la liquidez de las entidades financieras, que generó un shock de liquidez y un primer salto cambiario. Esto se coordinó con la elección de medio término de la provincia de Buenos Aires y toda la incertidumbre que generó ese escenario hasta el 26 de octubre, donde tuvimos el resultado de la elección.

En ese período, claramente un escenario típico de Argentina de incertidumbre, donde nos desprendemos de las posiciones de pesos, vamos a buscar cobertura comprando dólares, con un tipo de cambio en el techo de la banda cambiaria, el Banco Central, el Tesoro argentino y el Tesoro americano trataron de defender este techo de la banda cambiaria, con la inflación acelerándose, el riesgo país de 1.500 puntos y tasas de interés en pesos arriba del 100%. Claramente fue un estrés económico, un escenario claramente de pánico, donde la percepción era que el Gobierno estaba acabado económica y políticamente, y en ese escenario la decisión del mercado fue salirse a cualquier precio y buscar cobertura.

La última parte, es el escenario postelectoral, donde se demostró que la economía es una ciencia social, donde la variable clave es la confianza. Porque uno podría decir, al día de hoy, con el mismo déficit fiscal de hace dos meses, con el mismo ratio deuda/PBI, con el mismo nivel de reservas del Banco Central y con los mismos indicadores macroeconómicos, el riesgo país está abajo de 600 puntos y las tasas de interés bajaron fuertemente, tanto en pesos como en dólares. El hecho de haber cambiado solo la confianza revirtió las variables intensivas. Ahora, el nuevo esquema cambiario es más para hablar del año que viene que de este año.

Escuché a Ricardo Arriazu decir que no estaba de acuerdo con las bandas y que era una tontería, pero tontería menor o algo por el estilo. ¿Cuál es su propia opinión respecto de si fue un error poner bandas en abril? ¿Fue un error haber colocado que la banda se ajuste en su techo por la inflación de dos meses atrás?

Vale la pena rescatar el ejemplo que tuvimos de abril en adelante. Se puso la banda ancha y esta banda ancha generó la suba de la tasa de interés, dejó de bajar la tasa de inflación y, en el margen, se empezó a acelerar la tasa de inflación y la actividad económica se estancó. El riesgo de la banda ancha era que los argentinos, como pensamos en dólares, necesitamos tener una previsión sobre qué va a pasar con el tipo de cambio, y una banda cambiaria tan ancha no generaba esa certidumbre. De hecho, en el momento inicial de la cancelación del LEFIs y después el resultado electoral de la provincia de Buenos Aires, se generó el escenario temido, que era una caída en la demanda de dinero.

El Banco Central había hecho una proyección de dónde iba a estar este agregado que definieron ellos como el M2 transaccional privado en diciembre, y estamos 40% por debajo de la estimación conservadora que ha hecho el Banco Central. Entonces, la demanda de dinero es inestable. Cuando nos cae la demanda de dinero, que puede ocurrir por distintos factores, el argentino busca cobertura en el tipo de cambio. Cuando el tipo de cambio se empieza a mover, la gente en Argentina se pone incómoda. ¿Qué hacemos? Aceleramos la compra de dólares. Entre abril y octubre, los argentinos compramos 30.000 millones de dólares para atesoramiento, que terminó en el colchón o en el sistema financiero como depósito en dólares. Entonces, claramente, esa incertidumbre de tipo de cambio se pagó con más inflación, más tasa de interés y menos actividad económica, y un Banco Central que no compró dólares.

Ahora se plantea el nuevo esquema cambiario, donde es una banda endógena, donde el techo de la banda no es fijo, sino que va a ir de acuerdo a la inflación. Y para mí, como la monetización es muy baja y no hay un proceso electoral por delante, se puede pensar que el escenario positivo tiene elevadas chances de ocurrencia. Se espera una cosecha récord agropecuaria, con lo cual va a haber liquidación de dólares del sector agropecuario. El sector energético va incrementando su saldo comercial y de liquidación de divisas. y al mercado le gusta este esquema.

Todo eso ayuda a que el esquema funcione con confianza. Y si funciona con confianza, la pregunta es: ¿a qué nivel de tipo de cambio va a intervenir el Banco Central para evitar más apreciaciones? Ahora, el riesgo es que caiga la monetización por cualquier motivo. Si cae la monetización, el tipo de cambio se va al techo de la banda y eso empieza a generar aceleración de la tasa de inflación. Con este esquema, la aceleración de la tasa de inflación te genera una aceleración en el techo de la banda dentro de dos meses.

Entonces, la pregunta es: ¿qué haríamos los argentinos ante un eventual escenario de caída en la demanda de dinero si no sabemos exactamente dónde va a estar el techo de la banda dentro de tres meses? Si la respuesta es que los argentinos vamos a incrementar la demanda de dólares es un problema.

La actividad económica en octubre cayó 0,4% mensual, según el INDEC

Ahora, ¿no sabríamos los argentinos cuánto va a estar el dólar dentro de dos meses si vemos la inflación de este mes y sabemos entonces que dentro de dos meses ese va a ser el aumento del precio del dólar?

Sí, sabemos cuál es el techo de la banda para el mes de enero. Para el mes de febrero todavía no lo sabemos porque va a depender de la inflación de diciembre, que no conocemos aún. Para plantear un escenario hipotético, si hay una caída en la demanda de dinero y un tipo de cambio que se va al techo de la banda, eso genera presiones inflacionarias, primero por la depreciación, y después por la expectativa de dónde va a estar el tipo de cambio en el futuro.

¿Le resulta verosímil el planteo del ministro de Economía respecto de que la baja monetización de ese 40% menos de demanda de dinero en diciembre respecto a lo que estaba previsto permita una remonetización de la economía en 2026 y, por lo tanto, pueda comprar 17.000 millones de dólares para engrosar las reservas sin que se acelere mucho la inflación?

Es absolutamente verosímil en la medida en que haya confianza y los argentinos demandemos pesos para remonetizar la economía. La base monetaria, está abajo del 4 o 5% del PBI, cuando históricamente fue más del 8% del PBI. Entonces, uno diría que tiene que haber demanda de dinero, y si hay demanda de dinero, la única forma de obligar al Banco Central a emitir esos pesos, a imprimir esos pesos, es vendiéndole dólares, y eso es lo que plantea el ministro de Economía de manera correcta. El único planteo que uno hace es decir: mientras la demanda de dinero crezca, el escenario es absolutamente verosímil. Ahora, cualquier problema económico, político, social, interno o externo que afecte la demanda de dinero, este esquema cambiario plantea un desafío.

Para simplificarle a la gente lego en economía: la demanda de dinero se ve afectada porque hoy hay Mercado Pago, porque hoy hay elementos que hacen menos necesario tener efectivo en el bolsillo. Es un punto que hace que a lo mejor sea lógico que en la tercera década del siglo XXI la demanda de dinero sea menor que hace 20 años, ¿o no?

No, en realidad, lo que afecta la demanda de dinero es si hay confianza. La gente quiere consumir, y para eso necesitamos pesos. Entonces, los pesos esos pueden estar bancarizados, que los encaje, y los pesos que los bancos tienen en su bóveda son parte de la base monetaria, o son pesos que tenemos en el bolsillo ¿Qué afecta negativamente la base de la demanda de dinero? La base monetaria. Pueden ser factores económicos, políticos, sociales, internos o externos.

El petróleo, el oro, la plata y el bitcoin, todos en suba empujados por los conflictos geopolíticos

Para tener dinero en el bolsillo o que haya economía negra, hace falta más dinero. Mientras que si la economía está toda en blanco y paga todo con tarjeta, ¿no necesita menos dinero, o es incorrecto lo que estoy planteando?

Marginalmente sí, pero después uno tiene que pagar la tarjeta con plata que tiene el banco, y el banco sobre eso tiene que hacer un encaje, y el encaje es parte de la demanda de dinero.

Reduce un poquito...

Absolutamente.

Cuando no se demanda dinero, ¿se cambia por pesos? ¿Por dólares?

En Argentina, en seis meses, entre abril y octubre, demandamos 30.000 millones de dólares para atesoramiento. 30.000 millones de dólares son más o menos cinco puntos del PBI. Una locura. Entonces, por eso uno plantea, cuidado en Argentina, que es una economía bimonetaria. Cuando hay miedo, ¿qué hacemos? Nos sacamos los pesos de encima y demandamos dólares.

Ahora, para eso, la gente dejó de consumir y finalmente eso fue ahorro.

Exactamente, pero ahorro en moneda extranjera. Salió del sistema del circuito productivo. Sacaste poder de compra y lo mandaste al colchón, fuera del circuito productivo,

O al ahorro que no vuelve a los bancos o que ahora se está colocando en los bancos. Dicen que los chinos ahorraban al 40% del producto bruto y que los argentinos consumíamos todo como los norteamericanos. ¿Hay algo positivo en ese ahorro como efecto secundario de lo negativo de la recesión?

En realidad, este es un ahorro financiero. El ahorro chino es un ahorro macroeconómico que depende de otras cosas. El ahorro financiero no es positivo, contrae la economía. Esos eran pesos que iban a ir a consumo o inversión y, en vez de ir a consumo o inversión, terminaron en una cuenta en dólares, o terminaron en el colchón, o fuera del país. Y eso fue una contracción de actividad económica.

Ahora, de nuevo, la clave termina en esa variable, que es la demanda de dinero. Si hay demanda de dinero, el escenario que plantea es absolutamente posible. Ahora hay que tener mucho cuidado, y no solamente desde el punto de vista económico, sino político, social y todo en tratar que esa demanda de dinero sea sostenida en el tiempo.

¿La demanda de dinero es exactamente igual a ganas de gastar y de invertir?

Sí, completamente.

TV / EM