Indudablemente, la sequía golpeó fuertemente a la producción agrícola y a la rentabilidad de los productores. Sin embargo, la participación del Estado sobre ésta creció hasta alcanzar el 79% de lo que generó en promedio un productor agrícola de soja, maíz, girasol o trigo, de acuerdo con el índice que elabora FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina).
“El impacto que tiene la sequía reduciendo el impuesto a las ganancias genera que los impuestos no coparticipables crezcan, hasta llevarse 3 de cada 4 pesos que aportará en impuestos la producción agrícola este año, un récord, al menos desde que FADA lo mide”, alerta David Miazzo, Economista Jefe de la Fundación.
Según la Fundación, la participación del Estado a través de los impuestos aumenta porque el tributo con mayor peso es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad. “Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta”.
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De acuerdo con el cálculo de FADA, el índice de marzo es 14,3 puntos porcentuales más alto que el de marzo de 2022, traccionado por menores rendimientos como consecuencia de la sequía y las heladas que han afectado a los cultivos, y menores precios internacionales que a comienzos de 2022 estuvieron impulsados por la guerra Rusia-Ucrania.
Por cultivos, la participación del Estado en soja es del 94,1%, en maíz 62,4%, en trigo 78,7% y en girasol 58,3%.
“¿Cómo sacamos este cálculo? Consideramos que la renta es el valor de la producción menos todos los costos que enfrenta. Esa renta se distribuye entre los impuestos, el resultado de la producción y la renta de la tierra. Si lo aplicamos a alguien que alquila la tierra, o sea, que le representa un costo, en un año donde la producción genera pérdidas el Estado se lleva más del 100% de la renta”, agrega el economista.
Del total recaudado por hectárea en promedio, el 76,4% son impuestos nacionales no coparticipables, es decir, que quedan en el Estado Nacional, según FADA. El 16,3% son coparticipables, por lo cual una porción regresa a las provincias que lo produjeron. 6,2% corresponden a tributos provinciales y 1,1% municipales.
Sistema impositivo y el campo
“En momentos como éste resaltan dos grandes problemas del sistema impositivo”, advierte Nicolle Pisani Claro, economista de FADA. Y agrega: “Por un lado, el federalismo fiscal, ya que con una caída tan profunda de los rindes desaparece un impuesto coparticipable como el impuesto a las ganancias y persisten impuestos que no se coparticipan como los derechos de exportación y el impuesto a los créditos y débitos".
"Por otro lado, el problema de no contar con una cuenta tributaria única y que los saldos de los distintos impuestos queden estancos y retenidos en AFIP generando un costo para los productores”, agrega Pisani Claro.
LM