ECONOMIA
ENTREVISTA A teddy KARAGOZIAN

“Con Lavagna, el peronismo puede hacer lo que no hizo Cambiemos”

El principal empresario textil del país se muestra “decepcionado y triste” con Cambiemos, pero dice que Cristina creó los problemas.

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Se lo nota cansado, enojado, harto. Pero Teodoro “Teddy” Karagozian (59), dueño de la hilandera TN Platex, la principal firma textil de la Argentina, dice que está “decepcionado y triste” por los resultados de Cambiemos. Sin embargo, no quiere saber nada con volver al kirchnerismo. Asegura que habrá un peronismo racional, con Roberto Lavagna a la cabeza, que puede venir a terminar con lo que él considera el “tumor” de la economía argentina: el gasto público y el exceso de impuestos. Acaba de cerrar un 2018 con 25% menos de ventas y la mitad de sus 1100 empleados cobrando el 50% del sueldo sin trabajar.

 —¿Qué perspectivas tiene?

—Con esta tasa de interés no es buena. Nos estamos acostumbrando en la Argentina a un nivel de consumo muy bajo. Hay un error de diagnóstico en las causas de la inflación. Las empresas no generamos la inflación. La destrucción de la empresa y del patrimonio puede hacer que el dólar no suba, pero eso no es la solución al problema. Un país pobre que no compra dólares y eso plancha el dólar no es la solución al problema de la Argentina.

—¿Cuánto aguanta?

—La tasa iba a estar alta durante un mes. Hace seis meses que estamos así. Una tasa alta genera inflación porque lo que genera es un aumento de costos. Si bien es cierto que las empresas no debemos a los bancos, nos debemos entre nosotros. Una tasa alta sube los costos de financiación. Como nadie quiere pagar estas tasas, va vendiendo stocks y disminuyendo la actividad económica. En el proceso de disminuir la actividad, va produciendo cada vez menos. Un país que produce cada vez menos es cada vez más pobre.

—¿Por qué ocurre?

—Porque el diagnóstico es el de aquel que mata al enfermo para que le baje la fiebre. La fiebre va a bajar, pero después no se le puede pedir al muerto que reviva. Como el Estado es dependiente de la recaudación de impuestos y los impuestos en la Argentina son dependientes de la actividad económica, la disminución de la actividad económica va a hacer que el déficit permanezca y sea cada vez más grave. El PBI en dólares ya bajó y con esta tasa de interés esto va a seguir empeorando.

—El Banco Central asegura que sin este esquema seguía la inestabilidad, y que eso era peor para las empresas y las familias.

—Es una tesis equivocada. Hace tres años que están con esa tesis y cada día estamos más pobres. Lo mismo decía Sturzenegger, que las tasas de interés eran altas para que la gente colocara dinero en el banco, y cada vez hay menos dinero en los bancos. La inflación no sube porque el dólar sube. La inflación sube porque el Estado es muy grande, y en un país pobre el Estado cada vez va a ser más grande porque las empresas ajustan y se achican y el Estado hace lo contrario, cada vez se agranda más en proporción y gasto. El aumento de la pobreza de hoy es producto de no haber bajado el gasto público.

—Hacienda muestra que baja el gasto público en relación al PBI. ¿Le parece poco?

—Eso fue contabilidad creativa. En realidad, el Gobierno dijo que bajó la presión impositiva durante tres años, pero cambió presión impositiva por deuda en dólares al exterior. Los empresarios sabemos que un aumento de deuda en un país que cada vez se achica más son impuestos futuros que tendremos que pagar. Bajó la presión impositiva de un par de años, pero no vinieron inversiones porque la macro mostraba que el país se estaba endeudando no para grandes inversiones sino para gasto fijo. Como no hubo un ajuste del Gobierno en personal, aun con todos los automatismos y todo lo que se hace online, la administración pública es igual o mayor a la que había antes. Hoy sobran tres millones de personas en el Estado.

—¿Usted preferiría un shock como propone Bolsonaro en Brasil?

—Bolsonaro pareciera ir en la dirección correcta. Es posible que la mala experiencia de la administración de los primeros tres años de Macri le haya servido de ejercicio, pero no veo que en este cuarto año el Estado hable de la disminución del personal. Está más orientado a ganar elecciones que a administrar los bienes y recursos del país.

—¿Qué expectativas tenía y qué balance hace del gobierno de Macri?

—En los primeros dos años yo sostenía que el médico que decía que el paciente tenía cáncer no era el responsable por el cáncer. Sin embargo, un médico que después de dos años no opera el tumor ya empieza a ser responsable por la enfermedad del paciente. El tumor en la Argentina es el gasto público. El tumor se va comiendo las células sanas. El sector privado son las células sanas. El Estado se está comiendo a la industria, la banca cada vez es más chica, el sector agropecuario ultracompetitivo también está sufriendo, y hoy estamos viendo que el tumor está irradiado y va a ser muy difícil de solucionar sin un cambio estratégico importante.

—Pero ése es el mismo discurso de Cambiemos.

—La diferencia entre el discurso de Cambiemos y lo que hizo Cambiemos es sustancial. A diferencia de la elección anterior, donde eran un montón de promesas y no había habido actuación, el Gobierno no va a poder decir que ese es su discurso. Van a hacer énfasis en el ministerio de Stanley diciendo que al final no fue tan malo como decían que iba a ser, y que ahora van a hacer las cosas distinto. Lo mismo dijo en las elecciones de 2017.

—¿Está enojado o decepcionado con el Gobierno?

—Yo fui la primera persona que públicamente salió a  felicitar a este gobierno por haber ganado. Como empresa apoyamos mucho para que ganara Cambiemos. Pensaba que iba a dedicarse a administrar el Estado cambiando estructuralmente el desastre que dejó el kirchnerismo durante doce años. Yo lo plantee desde 2005 y 2006. Tuve aprietes, extorsiones de Moreno. No recibimos créditos del Bicentenario como la industria automotriz. Tuvimos aprietes desde el kirchnerismo a mi persona y a mi empresa, y poné todo esto por favor por lo que te voy a decir: me siento decepcionado y triste porque cuando ganó Cambiemos tenía la esperanza de que en el futuro hubiese gente del sector privado que pasara por el sector público, aprendiera cosas, destinara su inteligencia para mejorar las cosas. Entre ellos, gente como mi hijo. Me siento decepcionado y triste, porque el país lo deben construir entre todos. Ahora tenemos que pasar por un período nuevamente de reformas.

—El debate electoral que se viene parece ser ese modelo o que vuelva Cristina.

—En el gobierno de Cristina pasamos de 2 millones de personas en el Estado a 4 millones. El tumor creció y la enfermedad la generó el gobierno de Cristina. Macri, que era el médico que venía a solucionar el tema, no lo pudo hacer. Es probable que el peronismo, que ha tenido gente siempre cambiante, encuentre una fórmula que yo creo que puede estar dirigida por Lavagna y otros que puedan hacer los cambios que no pudo hacer Cambiemos.

—¿Tiene ganas de vender la empresa?

—Nunca vas a escuchar  en mi familia decir que nosotros por cómo está el país vamos a vender la empresa. Hemos sufrido durante treinta años altas y bajas. Tenemos que sobrevivir hasta que venga alguien que sepa lo que hay que hacer. En la Argentina, que ha ido de mal en peor, cada tanto viene un cambio en la dirección correcta y se resuelven algunos de los problemas. Nuestra empresa viene sufriendo como todo el sector, pero nos estamos preparando para el proceso que viene, que es un proceso donde no se pueden desperdiciar dólares en pelotudeces, hay que  usarlos para maquinarias. El país deberá revertir el malgasto de 2011 en adelante. El kirchnerismo regalaba los dólares. Sturzenegger cometió el mismo error. Regalamos los dólares para bajar la inflación, pero la inflación se baja cuando el Estado deja de gastar más que lo que recauda.

“Cóbrenle a Teddy”

Teddy Karagozian diseñó una propuesta para, según él, atender el origen de todos los males: el gasto público y el exceso de impuestos. “Hay que ir de 105 impuestos como hay hoy a 6 u 8 como hay en Estados Unidos”, dice. “Cóbrenle los impuestos a Teddy, no a la empresa de Teddy”, es otro de sus eslóganes de cabecera. Y explica: “En EEUU, una empresa que no gana dinero, no paga impuestos al cheque, a ingresos brutos, al trabajo. En empresas como TESLA o Amazon, sus accionistas pagan impuestos, pero en la Argentina hacemos lo contrario”.

Para él, es un error decir que la Argentina es una economía cerrada. “La protección es para que la empresa siga siendo agente de retención para que el Estado le siga chupando la sangre”, subraya. “Si acá hubiera protección, el ranking Forbes estaría  lleno de argentinos. Pero los únicos que aparecen son las empresas e industrias que están relacionados con el gasto del Gobierno”, detalla y completa: “Es clave es que la gente comprenda que el Estado le roba vía el producto que consume que es 50% impuestos, y luego le regala algo”.