En una reunión con representantes del sector importador, el secretario de Comercio, Augusto Costa, admitió que entre los efectos esperados de la devaluación del 20% que el Gobierno convalidó en enero pasado se encuentra una baja de las compras al exterior.
El punto en análisis era el retraso en la aprobación de algunas las declaraciones juradas anticipadas de importación y el pedido oficial para que los importadores negocien mejores plazos para pagar sus compras externas. Fue en ese marco que Costa reconoció que “se va a sentir una caída en la demanda de DJAI y en el nivel de actividad”, relataron los participantes del encuentro.
Esa caída debería verse reflejada por un repunte de las exportaciones, aunque los productores advirtieron ya que con la depreciación del peso frente al dólar no alcanza para competir en el mercado internacional por los costos internos y la inflación.
Las importaciones implicaron en 2013 US$ 74.002 millones según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), un 8% más que el año anterior, mientras que por las ventas al mundo ingresaron US$ 83.000 millones. Esto dejó un resultado neto en la balanza comercial de US$ 9.000 millones, menos que los US$ 12.000 millones que ingresaron en 2012.
Por lo pronto, el Gobierno sugirió a los setenta importadores más grandes –de cinco sectores con fuerte integración de piezas extranjeras como automotrices, laboratorios, electrónicas de Tierra del Fuego, mineras y energéticas, y alimenticias– que estiren su cadena de pagos a los 110 días que solían ser los habituales, como para esperar que ingresen las liquidaciones por exportaciones del campo a las arcas del Banco Central.
Hasta entonces, el cuidado de los dólares que se van por importaciones seguirá siendo uno de los ejes de la política oficial, aunque con la promesa de no afectar producción o empleo. Ayer, en la apertura de las sesiones del Congreso nacional, la presidenta Cristina Kirchner reconoció los “cuellos de botella” de la política industrial.
“Como en todo proceso de sustitución de importaciones, nos generan cuellos de botellas por las importaciones que tenemos que hacer de aquellos productos que todavía nosotros, en la cadena de valor de cada producción, no hacemos”, señaló la mandataria.
Intentó así “derribar mitos acerca de las prohibiciones de la importación o de las restricciones a la importación o del excesivo proteccionismo de la Argentina”, dando cuenta de que el país es el cuarto en medidas de protección según la Organización Mundial de Comercio, detrás de Brasil, India y los Estados Unidos