Primero fue el municipio de Tres de Febrero y ahora se sumó también Lanús, ambos en la provincia de Buenos Aires. Restringieron la venta de productos en los supermercados solo a bienes esenciales, para favorecer a los comercios barriales que venden bienes “no esenciales” por whatsapp o internet, bajo la modalidad de delivery. La medida, desde dos municipios con intendentes de Juntos por el Cambio -Néstor Grindetti en Lanús y Diego Valenzuela en Tres de Febrero-, despertó polémica con los supermercados, que plantean que vender ropa de abrigo o un calefón en invierno puede considerarse esencial.
El nivel de consumo es bajo y la disputa es grande. Según estimaciones de Fedecámaras y Fecoba, hay 100 mil comercios en riesgo en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en medio de una cuarentena reforzada que obligó a volver a cerrar la atención al público en los locales para los productos no esenciales, es decir, todo lo que no sean alimentos, productos de higiene personal o limpieza.
“Comprale al comercio de Barrio! Para evitar la competencia desleal, los super e hipermercados no venderán artículos no esenciales entre el 1 y el 17 de julio. ¿Necesitás estos productos? Comprale al local barrial que vende online”, promueve el Municipio de Lanús en redes sociales.
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En Tres de Febrero, Valenzuela viene señalando hace tiempo que “se puede comprar una bicicleta o una remera en un supermercado pero no en un comercio de barrio”. Por eso acordó con las grandes superficies que no puedan venderse esos productos “como señal de defensa de los comercios de cercanía”.
Para la Asociación de Supermercadistas Unidos (ASU), que reúne a las principales cadenas nacionales y extranjeras, en los grandes supermercados e hipermercados, la venta de productos no esenciales no es tan significativa: el sector está sobre representado.
“Según nuestros últimos datos, en indumentaria, los hipermercados tienen 1,1% de participación; en calzado, el 0,3%. En la categoría Electro no se alcanza el 10%”, indicó el director ejecutivo de Asu, Juan Vasco Martínez, quien sin embargo consideró que habría que plantear “si en invierno, una estufa, una campera, ropa de abrigo o un calefón no deberían ser considerados productos esenciales”.
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Desde lo comercial, la venta de aquellos productos que no encajan en la categoría alimentos en los supermercados es parte de la totalidad de la operación. “Si fuera por la visibilidad, además, habría que cuestionar si players como Mercado Libre pueden operar y otros canales deberían respetar los Precios Máximos tal como hacen las grandes cadenas”, agregó el representante del sector supermercadista.
Fuentes de la Cámara de Comercio indicaron que todavía no habían analizado estas medidas, mientras que desde la Federación de Comercios de Buenos Aires celebraron “la decisión de impedir que los supermercados puedan vender productos no esenciales porque constituye un hecho de justicia y lealtad comercial”.
“Hasta ahora vinieron aprovechando la restricción que sufrimos las Pymes y vendieron todo tipo de mercadería incluyendo ropa y calzado. Esta decisión debería ser emulada en la Ciudad de Buenos Aires y todo el país", indicó Fabián Castillo, presidente de Fecoba.
CP
