El tema de la deuda se metió en la campaña electoral, con cruces de acusaciones entre el Gobierno y la oposición sobre quién endeudó más al país, en un escenario económico complejo con inflación de 51,8% interanual y una pobreza del 42%. Para los analistas consultados por PERFIL, la gestión de Alberto Fernández y el macrismo eligen a la deuda como caballito de batalla porque ambos tienen “argumentos válidos” y la gente “no entiende tanto del tema”. En cuanto al debate por la responsabilidad de la deuda, coinciden en que la culpa “es compartida” porque la causa “es el déficit permanente” que ningún gobierno resolvió desde 2011 hasta la fecha.
El ministro de Economía Martín Guzmán se subió al ring en la semana y rechazó los dichos de la precandidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires María Eugenia Vidal, quien había afirmado que el actual gobierno en un año y medio se endeudó en US$ 30 mil millones, un ritmo anual más rápido que en la gestión de Macri.
Guzmán contraatacó esgrimiendo que Juntos por el Cambio “endeudó a la Argentina en US$ 100 mil millones”, y diferenció que el gobierno actual se endeuda en pesos.
Sobre esta polémica, el economista Gabriel Rubinstein planteó que “todos se endeudan y mantienen el déficit. Deberían hacerse cargo todos, aunque le doy mayor responsabilidad a Cristina Fernández porque ella heredó un gobierno con superávit”.
Motivos. Para Víctor Ruilova, de EconViews, el eje de la campaña es la deuda debido a que “tienen que explicarle al votante por qué la está pasando mal económicamente, con tanta pobreza, inflación, desempleo”. “La pandemia puede explicar parcialmente, pero el resto de los países está retomando los indicadores anteriores más rápido que nosotros. Entonces el oficialismo dice que es por el problema de deuda heredado, y la oposición retruca ustedes están endeudando a más ritmo”, destacó.
Ruilova afirmó que “cada relato de la deuda de cada gobierno tiene números que lo avalan” porque “el arco iris de análisis es infinito”.
En sintonía, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, reflexionó que “es un tema donde el Gobierno y la oposición se pueden atacar el uno al otro y defenderse. El político se siente más cómodo hablando de deuda porque puede echarle la culpa al otro”.
“En cambio si hablan de pobreza que a la gente le duele, o generar empleo, no sé si son temas que al político le guste porque quizás salen todos perdiendo”, opinó.
Rubinstein acordó que en materia de deuda “cada uno argumenta a favor de sí mismo y tirarle todo a Macri es parte de la campaña. Pueden hacerlo porque la gente sabe que hubo un default y que estamos endeudados con el FMI, pero no se pone a analizar la parte técnica”.
Fernando Baer, de Quantum Finanzas, reflexiona que “cuando al argentino le hablan de deuda externa, FMI, automáticamente lo asocia con falta de soberanía. CFK levanta ese tema porque sabe que llega a su núcleo duro, y quieren subir a Macri al ring para polarizar y limpiar otros candidatos extremos que crecen en las encuestas como Milei o la izquierda”.
Por su parte, Claudio Caprarulo, de Analytica, consideró que “la deuda siempre es tema de campaña porque las experiencias de endeudamiento que terminaron mal llevaron a fuertes correcciones que golpearon mucho a la gente”.
Deuda relevante. Eco Go, Baer, y Rubinstein coinciden en que la deuda que importa es la que contempla la suma que tiene el Tesoro con el mercado, con los organismos internacionales incluyendo FMI, y la del Banco Central (Lebac o Leliqs más Pases), y a eso restarle el stock de reservas netas de la entidad monetaria. Según los cálculos de Eco Go, esa deuda escala a US$ 233 mil millones a junio de 2021.
Menescaldi precisó que esa deuda “subió US$ 35 mil millones respecto a fin de 2019, mientras que si se compara entre fines del gobierno de Cristina Fernández y el de Macri trepó US$ 78 mil millones”. “Nuestros números dan que en el gobierno de Alberto Fernández la deuda en promedio por año sube más que la de Macri”, aunque “analizar en 2020 el manejo de la deuda parece injusto porque tocó la pandemia, una situación muy excepcional”.
“Aún no está cerrado el acuerdo con el Fondo”
El presidente Alberto Fernández dijo ayer que el acuerdo con el FMI “aún no está cerrado”, garantizó que “no voy a firmar algo que dañe a los argentinos”, y lo condicionó a que el organismo baje las sobretasas que cobra al país y dé un plazo mayor a 10 años para pagar.
“Seguimos discutiendo. Tenemos la voluntad de encontrar un acuerdo, pero que no dañe a los argentinos”, señaló Fernández, comentó que “vamos bien, no hay un límite temporal” para la firma del nuevo programa.
El primer mandatario sostuvo en declaraciones a Radio Diez que “voy a acordar cuando a la Argentina le convenga; los que me apuran son los que quieren que legitimen lo que hicieron ellos”.
Fernández remarcó que “ese acuerdo va a comprometer a muchas generaciones y yo no quiero comprometer a los argentinos en años venideros”.
“Podría firmar un acuerdo hoy y mi Gobierno no tendría que pagar nada, porque en todos los casos tengo un tiempo de espera que a mí me liberaría, pero yo no quiero resolver el problema de Alberto Fernández, quiero resolver el problema de la Argentina” y para eso “tengo que discutir las tasas de interés que el Fondo hoy está cobrando, y los plazos en los que quiere recuperar ese crédito”, justificó.
En medio del debate por la deuda, el Presidente planteó “(Mauricio) Macri endeudó a Argentina por encima de sus posibilidades”, pero “el FMI también tiene responsabilidad, por prestar semejante suma de dinero a un país en default”.