“Estamos en la última milla”. Los funcionarios del Gobierno no dan por muerta la negociación entre el Mercosur y la Unión Europea, pero aclaran que hay tiempo hasta febrero para poder llegar a un acuerdo, antes de que Brasil empiece con el recambio de funcionarios que dejarán sus cargos para presentarse en las elecciones de octubre.
Las negociaciones continuaron el martes, con los equipos técnicos repartidos entre la Cancillería y las habitaciones del hotel Hilton, donde transcurre el último día de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Para este miércoles se preveía al menos un anuncio para definir hasta dónde se había llegado. En la mañana del martes eran mucho más optimistas. En la tarde, empezaron a bajarle el tono a la posibilidad de un anuncio político en Buenos Aires. Pero todavía no descartan que se pueda llegar a un compromiso mañana jueves. “Vamos a seguir negociando mañana. Estamos en la última milla”, aseguró uno de los funcionarios que pasaron la tarde en el Hilton.
Los puntos en discusión son el acceso a mercados, si el acuerdo cubre el 89% de las canastas de bienes o el 90%, algunos temas de denominación de origen para alimentos –que las empresas del Mercosur no nombren a sus quesos ‘parmesanos’ si no son de Parma, Italia, por ejemplo- y límites para la participación de las empresas del viejo continente en la obra pública local, entre otros puntos.
La jornada se mostró complicada para las negociaciones de la OMC en general, que debe aprobar sus resoluciones por consenso en el marco de una pelea mayor entre multilateralismo y acuerdos bilaterales con EE.UU. como patrocinante.
“En la reunión de la OMC, los miembros no pueden ni siquiera ponerse de acuerdo en dejar de subsidiar a la pesca ilegal. Horroroso. La UE trató pero el comportamiento destructivo de varios países grandes hizo que llegar a un resultado fuera imposible. ¿Cómo terminamos acá?”, preguntó la ministra de Comercio de la UE, Cecilia Malmström.