La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que está en Buenos Aires desde hace 12 días parte esta noche de regreso a Washington, con un panorama de algunas preocupaciones sobre la evolución de la economía argentina, especialmente la crisis cambiaria, la brecha, el aumento de la inflación y la pérdida de reservas monetarias del Banco Central.
Esta misión deja Buenos Aires en medio de vicisitudes en los últimos días, ya que el jefe de supervisión, Luis Cubeddu, tuvo que realizarse tres estudios por COVID-19, después de un primer análisis positivo, pero que luego quedó aclarado que no padecía el virus.
Igualmente, esa circunstancia modificó un poco el esquema de trabajo, ya que los otros integrantes, entre ellos la jefa de la misión, Julie Kozack, subdirectora del Departamento Hemisferio Occidental del organismo, tuvieron que aislarse y mantener las reuniones en forma virtual.
Según admitieron fuentes de Gobierno, los puntos de mayor preocupación de los enviados del organismo es la inestabilidad cambiaria, la brecha entre tipos de cambio y sus severas consecuencias y la pérdida de reservas, conjuntamente con la aceleración de la inflación de los últimos tres meses.
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Se supo que en las conversaciones con los funcionarios técnicos del Ministerio de Economía los enviados del Fondo hicieron una evaluación muy crítica por la pérdida constante de las reservas monetarias a partir de la implementación del super cepo.
Los números son elocuentes. En junio y julio, el Banco Central venía recuperando reservas, en agosto había perdido algo más de 500 millones de dólares, pero a partir del 15 de septiembre, fecha de implementación del súper cepo se cayeron 1462 millones de dòlares; 1524 en octubre y en noviembre se lleva perdido más de 900 millones.
Dentro del gabinete económico admiten que los funcionarios del organismo multilateral expresaron sus "inquietudes" por el "errático" funcionamiento del mercado cambiario argentino.
Pero a la vez, las conversaciones se concentraron también en los lineamientos que conformarán la futura carta de intención que elevará el Gobierno al directorio del organismo dirigido por Kristalina Georgieva. Precisamente, en el Gobierno consideran que los tiempos para ese acuerdo se alargarán algunas semanas.
El objetivo concreto del ministro de Economía, Martín Guzmán, era tener un borrador de la carta de intención listo para diciembre, ya que en un principio estaba previsto una nueva misión del FMI en Buenos Aires en ese mes.
Pero esta posibilidad se descartó, con lo cual, se prevé que la próxima comitiva del organismo vuelva al país a principios de febrero, y que luego de unos días en Buenos Aires, los técnicos del Fondo elevarán al directorio la formalidad para un nuevo convenio con la Argentina.
De esta manera, se estima que recién hacia fines de febrero o principios de mazo podría tratar el directorio del Fondo el nuevo acuerdo con la Argentina.
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Según anticipó el ministro Guzmán se trataría de un acuerdo de facilidades extendidas por unos cinco años de plazo, que permita a la Argentina refinanciar el monto de 45 mil millones de dólares tomado como créditos en el stand by firmado por el gobierno anterior.
Este acuerdo contemplaría la reducción del déficit fiscal a menos del cuatro por ciento para el próximo año y continuar un ritmo descendente para llegar en 2025 al equilibrio presupuestario.
A su vez, el FMI estima que la recuperación económica del próximo año, tras la debacle que implicó la pandemia en 2020 en la Argentina y el mundo, se ubicaría en torno al 3,9 por ciento, una cifra bastante más acotada que el 5,5 por ciento calculado por el Gobierno.
Claro que dentro del gabinete económico surgieron dudas acerca del márgen político para profundizar el ajuste fiscal en 2021, justamente un año electoral, donde el oficialismo se juega mucho.
Dentro del organismo internacional también habría cuestionamientos a ciertas metas incluidas en el Presupuesto 2021, a las que se las considera como muy optimistas.
Por un lado, según admiten en Gobierno, en el FMI consideran que será muy difícil que la Argentina pueda cumplir con la pauta de inflación del 29 por ciento para el próxmo año y por otro, casi imposible, que se pueda lograr un tipo de cambio en 102 pesos para fines de 2021.
LR CP
