El Gobierno recibió apoyo técnico del Fondo Monetario Internacional para su oferta de canje de deuda. Los analistas del organismo evaluaron la propuesta revisada de reestructuración de la deuda presentada el pasado jueves 28 de mayo por el ministro de Economía Martín Guzmán y consideraron que esa oferta sería consistente con un esquema “sustentable”. El margen para mejorar la propuesta “es limitado”, sostiene la nota.
La evaluación se hizo por pedido del Ejecutivo de Alberto Fernández y no giró sobre la contrapropuesta que presentaron dos grupos de acreedores la semana pasada. “Existe solo un margen limitado para incrementar pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”, remarca la nota técnica.
En el organismo ven que hay un poco de margen para mejorar la oferta, según las fuentes de financiamiento que marca el Gobierno. Las estimaciones de los analistas en Argentina detallan que la oferta de Martín Guzmán ronda los US$ 47 por cada 100 mientras que la contraoferta de los bonistas llega a US$ 53. En Washington, fuentes con conocimiento de la posición del Fondo estiman que es difícil que un valor presente neto de más de US$ 50 (por cada US$ 100, asumiendo una tasa de descuento del 10%) pueda ser consistente con la reestructuración de deuda.
El cronograma de pagos es el factor de mayor peso en la renegociación de la deuda
En una nota al margen, el FMI señala que “las autoridades asumen que la brecha financiera que surge del servicio oficial de la deuda que vence durante 2021-24 se refinanciaría a una tasa de interés promedio ponderada de 3,5 por ciento y a un plazo promedio ponderado de 8.8 años”.
Evaluación. “En el contexto de las actuales negociaciones de la deuda con los acreedores privados y como parte de la asistencia técnica continua del FMI, las autoridades argentinas solicitaron que el personal técnico del FMI evalúe su propuesta revisada de reestructuración de la deuda del 26 de mayo en relación al marco establecido en la Nota Técnica del personal sobre la sostenibilidad de la deuda pública que se publicó el 20 de marzo”, indicó el Fondo, en referencia a la evaluación que hizo cuando declaró que la deuda no era sustentable.
En ese momento, el organismo había señalado que las necesidades de financiamiento no podían superar el 5% del PBI por año y recomendaba que los servicios de deuda (el pago de intereses) no fueran mayores al 3% del PBI, por “la capacidad limitada de Argentina para generar divisas y sus bajos niveles actuales de reservas”.
El Fondo aclara, en tanto, que las estimaciones sobre la economía, siguen sujetas incertidumbres excepcionales, particularmente con respecto al impacto de la pandemia del coronavirus, que implica considerables riesgos a la baja para las perspectivas económicas, la posición fiscal y, potencialmente, la capacidad de carga de la deuda de Argentina.
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Espacio. Según la última propuesta de Guzmán, el Gobierno las necesidades brutas de financiamiento y servicio de deuda en dólares exceden los umbrales de mediano plazo del 5 por ciento del PIB y del 3 por ciento del PBI. En tanto, el cociente deuda / PBI se mantendría estable más allá de 2030; las necesidades brutas de financiamiento y el servicio de deuda en moneda extranjera seguiría siendo manejable después de 2030; y el servicio de la deuda a los acreedores privados en 2020-24 sería lo suficientemente bajo como para mitigar los riesgos de refinanciamiento a corto plazo.
Con los supuestos de financiamiento y servicio de deuda denominado en moneda extranjera que tomó el Gobierno en la oferta del 26 de mayo, las necesidades de financiamiento y los servicios “caen marginalmente por debajo de los umbrales de mediano plazo”. Esa es la diferencia por la que los técnicos consideran que podría mejorarse algo la oferta. Bajo el escenario financiero más generoso, se supuso que esta brecha se refinanciaría a una tasa de interés promedio del 5 por ciento y a un plazo promedio de 7 años.
El organismo usó los supuestos del Gobierno porque no hay un programa. Es uno de los pedidos de los bonistas para la negociación, que también incorporaron un bono con cupón de PBI bajo la condición de una auditoría del Fondo.