En medio de la recesión, las caras de preocupación de los funcionarios del gabinete económico tuvieron un impasse, con el 3,4 por ciento de inflación de abril, que si bien sigue siendo muy elevada, estuvo claramente por debajo del 4 por ciento que se había estimado en un primer momento. Con este envión, anticipan una baja aún mayor hacia mediados de año.
En Hacienda, consideraron que "en la medida que se vaya manteniendo estable el tipo de cambio", los próximos meses podrían marcar un descenso más pronunciado del aumento del costo de vida.
"Las últimas medidas adoptadas están empezando a dar los resultados esperados. Quizás deberíamos haberlas adoptado antes", admitió una fuente de Gobierno.
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Las medidas se refieren a la decisión de tener más "poder de fuego" para intervenir en el mercado cambiario, generar un poco más de estabilidad y a la vez, congelar las tarifas de los servicios.
En ese sentido, la misma fuente afirmó que el congelamiento de tarifas se combina con el programa de Productos Esenciales y el plan de Precios Cuidados, lo que contribuiría a disminuir el ritmo de aumentos.
Así, estiman que si el tipo de cambio no sufre sobresaltos, la inflación de mayo se ubicaría entre 2,5 y 3 por ciento y se entusiasman con que para junio ya se situaría en el orden del 2 por ciento al 2 y medio por ciento.
CP