Las explicaciones racionales en realidad son pocas. Lo que hace un año era apoyo al modelo de Cambiemos, con foros y seminarios de fondos de inversión palmeando al presidente Mauricio Macri e inflando las cotizaciones de todos los activos argentinos que pagaban en algunos casos muy buenos retornos, ahora no solo se dio vuelta: la salida de capitales que estaban invertidos en activos argentinos es muy superior a lo que se da, porque también ocurre, en otros países de la región. Nadie quiere quedarse con una acción o un bono de la Argentina.
El índice Merval de las empresas que cotizan en la bolsa porteña ayer cerró con una baja del 2,8%. El jueves había rebotado tras el miércoles negro, cuando registró su peor caída en diez años, al retroceder un 8,8%. El año en el que el dólar se disparó otra vez y se potenció la salida de capitales de activos argentinos en medio de un clima externo complicado, el indicador líder de la Bolsa retrocedió un 13,5% en pesos y un 40% en dólares, con energéticas y bancos a la cabeza.
Las caídas más pronunciadas las anotaron Agrometal (-11,9%); Edenor (-9,8%); Transener (-9,1%); y PGR (-8,2%).
“Lamentablemente la plaza local continúa operando a contramano de los mercados de referencia, que este viernes exhibieron alzas a través de sus principales índices bursátiles. Pero son factores locales los que vienen perjudicando al mercado argentino, como la abrupta suba del dólar que impactó en las acciones y bonos”, indicó el analista Eduardo Fernández de Rava.
También se hundieron hasta un 13,2% las acciones argentinas que cotizan en Wall Street, luego de una serie de informes internacionales que le bajaron el pulgar al “equity argentino”.
Los principales bonos en dólares (que cotizan en pesos) culminaron con mayoría de alzas, estimulados por otra disparada de la divisa estadounidense en el mercado mayorista de cambios. En dólares, bajaron 3,3%.