La reaparición del exministro de Economía, Martín Guzmán -afirmando que la dolarización está en marcha-; un informe del JP Morgan que asegura que la estrategia “fracasaría” en Argentina; e incluso los últimos acontecimientos causados por grupos criminales en Ecuador, un país que dolarizado podría facilitar sus operaciones de lavado de dinero, reflotaron el debate sobre una de las principales promesas de campaña del actual presidente, Javier Milei. Economistas consultados por PERFIL aclararon cuáles son los pasos previos a una dolarización y analizaron el camino que está siguiendo el actual Gobierno.
Según uno de los principales economistas del JP Morgan, la dolarización, si es que llega a implementarse en Argentina, fracasaría primero porque hay al menos dos condiciones de las que el país carece: “Una importante reserva de divisas y tasas de ahorro mucho más altas”. Por otro lado, y aunque consiguiera los dólares necesarios, no alcanzaría el éxito esperado.
El documento se conoció pocos días después de la reaparición del exministro de Economía, Martín Guzmán, quien aseguró en una entrevista que “la dolarización ya comenzó” haciendo referencia a la emisión de los “Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre” (Bopreal) que lanzó el Banco Central para los importadores, con lo que “pasamos de un pasivo en pesos a uno en dólares”, argumentó.
“No creo que el Gobierno esté avanzando en la dolarización. Al menos no en su forma más extrema, la sustitución física de pesos por dólares”, explicó a PERFIL el economista Luis Secco. “En los cambios propuestos en materia del Código Civil y Comercial se fomenta la utilización de moneda extranjera, lo que es un primer paso para habilitar la competencia de monedas (la forma débil de dolarización)”. Sin embargo, aclaró, se trata de un proceso largo. “Es imposible avanzar de manera más determinante en cualquiera de las formas de dolarización con cepo o con brecha”.
La idea de la dolarización estuvo presente durante toda la campaña de Milei como candidato a presidente, y parecía haberse enfriado en los primeros días de mandato. Sin embargo, según aclaró el propio ministro de Economía, Luis Caputo, es “el punto de llegada”. En esa misma línea, concluyó Secco, “es posible que Milei no haya abandonado el objetivo de dolarizar, pero parece haber reconocido que no es posible en el corto plazo”.
Para Matías Wasserman, si bien en términos conceptuales “la dolarización implica reemplazar por dólares todos los pesos que existen en la economía bajo diversas formas (billetes, bancarizados, los pasivos remunerados del Banco Central)”, el Gobierno viene dando pasos concretos que parecen ir por ese camino. Según el economista, las pruebas más contundentes en este sentido son “el remate de los títulos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, la declaración de sujetas a privatización las empresas públicas, la licuación de los pasivos del BCRA y la habilitación de contratos en moneda extranjera”. Para el economista, lejos de estar descartada, la dolarización parece ser más que nunca el destino deseado por el gabinete económico.
De acuerdo con el informe del JP Morgan, Argentina no cuenta, cuanto menos, con una reserva suficiente. “Hoy la economía argentina enfrenta una severa escasez de dólares, por lo que la conversión se haría a un tipo de cambio tan elevado que implicaría ingresos de miseria para los argentinos una vez ejecutada la dolarización. En ese sentido, en el corto plazo solo podría ocurrir de imponerse una hiperinflación que licue aún más los pesos existentes”, agregó Wasserman.
Sea como sea, y si finalmente se implementa, concluyó, “perder las herramientas de política monetaria y cambiaria tiene costos altísimos en términos sociales y económicos". "Una muestra de ello puede observarse en lo vivido durante la convertibilidad, con aumentos del desempleo y deuda externa, al tiempo que crecían la indigencia y se perdían capacidades industriales”, cerró.
Enrique Szewach agregó que “la economía argentina es una economía bimonetaria de facto, en donde el peso es moneda para transacciones cotidianas y el dólar es la moneda de ahorro, producto de la destrucción del valor del peso que han generado los sucesivos gobiernos”. Por eso, opinó, “me llama la atención que el exministro Guzmán ‘acuse’ a este gobierno de querer dolarizar de facto, cuando fue su desastrosa política monetaria la principal causa de la aceleración de la dolarización de facto de los últimos años”.
Especialistas aseguran que no es posible cambiar de sistema monetario a corto plazo
Para Szewach, “las medidas del actual gobierno parten del diagnóstico de que hay muchos pesos dando vueltas para muy pocos dólares, y dado que no se pueden conseguir muchos dólares hay que ‘licuar los pesos’”. La licuación, afirmó, “se está produciendo con la devaluación, el reacomodamiento de precios relativos que produce una aceleración de la tasa de inflación, y con la tasa de interés muy negativa que alienta a salir del ahorro en pesos y pasar al ahorro en dólares, presionando sobre la brecha”.
Además, “si se reformara el Código Civil y Comercial y se votase el blanqueo, habrá más dólares en el sistema financiero y el mercado de capitales local, creando las condiciones para ‘legalizar’ la bimonetariedad”.
El problema de la dolarización es más de fondo, aclaró. “Los procesos dolarizadores en otros países siempre tuvieron previamente una crisis bancaria y/o hiperinflacionaria que licuaron la moneda local y subieron fuerte el valor del dólar permitiendo dolarizar con las reservas que tenían sus bancos centrales”.
El economista aseguró que espera que esto no suceda en Argentina. “No sólo por lo que significa agravar más la crisis inflacionaria -con esta pobreza, estos salarios reales y estas jubilaciones- sino también porque, con una mirada de largo plazo, la dolarización no es buena con socios comerciales cuyas monedas flotan contra el dólar”, sintetizó.