El Gobierno llamó a una licitación internacional para abastecerse de billetes de 500 pesos con el fin de evitar un posible faltante de dinero circulante, de acuerdo a una versión que trascendió en las últimas horas de fuentes de la Casa de la Moneda.
Tal como adelantara en su columna de opinión de Perfil Tristán Rodríguez Loredo a comienzos de Julio, "la Casa de la Moneda (...) llamó a una licitación internacional para la compra de 250 millones de billetes de 500 $ y una segunda licitación para la adquisición de 1.794.000 hojas de papel para la fabricación de billetes de $ 1.000".
"La primera licitación es para satisfacer la demanda creciente por billetes de media denominación para pagar ayudas sociales que son reticentes al dinero electrónico porque se utilizan sobre todo en el circuito informal, más de un tercio del total. La segunda es para la adquisición de insumos para producirlos en las dos plantas que la Casa de la Moneda tiene en Buenos Aires: la de Retiro que opera con una fiel maquinaria de los 60, aún en condiciones y la más moderna de Ciccone", había explicado Rodríguez Loredo.
En efecto, la licitación convocada por la Casa de Moneda el 7 de julio último, se generó luego de que el gobierno decidiera suspender la emisión de billetes de nueva denominación de 5.000 pesos.
Oportunamente, incluso algunos analistas se habían manifestado a favor de la impresión de los nuevos billetes para abaratar los costos del Banco Central que mantiene un nivel alto de emisión para mitigar los efectos del aislamiento obligatorio, impuesto por el gobierno para enfrentar la pandemia de coronavirus.
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Respecto a esta nueva licitación, el Banco Central había hecho el pedido a la Casa de la Moneda sobre la base de cálculos de su equipo de técnicos, para que no falten billetes en el mercado y había solicitado recibir los nuevos billetes de 5.000 pesos entre junio y septiembre por 200 millones.
El presidente Alberto Fernández ordenó suspender la emisión de los nuevos billetes, con lo que se decidió convocar a la licitación para evitar el posible faltante de billetes.
La importación representa un gasto más alto para el Estado, pero le permitirá a la Casa de la Moneda dedicarse a la impresión de los billetes de 1.000 pesos.
En la licitación internacional por 250 millones de billetes de 500 pesos, la Casa de Moneda aclara que dará provisión del sustrato y las tintas y el pedido incluye la primera entrega por 100 millones en agosto, otra igual en septiembre y otros 50 millones en octubre.
La Casa de Moneda espera que la licitación se adjudique aproximadamente en una semana y rechazó el pedido de empresas interesadas en proveer los billetes de alargar los plazos de entrega, debido a la urgente necesidad de abastecimiento.
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Vale considerar que muchos países por la crisis sanitaria llevan adelante políticas monetarias expansivas y mandaron a imprimir más billetes, con lo cual los distintos bancos centrales experimentan problemas para abastecerse de circulante.
La Casa de la Moneda tiene convenios con Chile y Brasil para abastecerse, sin embargo ambas opciones habrían sido descartadas por los altos costos.
Todo parece indicar que la situación se agravó considerablemente porque en las dos plantas de impresión que tiene la Casa de la Moneda (la histórica en avenida Antártida Argentina y la nueva, donde funcionaba Ciccone Calcográfica) se presentaron casos de coronavirus, lo que obligó al organismo a suspender la impresión de billetes por varios días.
LR / NA