ECONOMIA
Para solteros sin hijos

En 2019 pagarían impuesto a las ganancias los salarios a partir de $38.200

El Mínimo No Imponible se actualizará y estiman que subiría un 28% para el próximo año, pero estará por debajo de la inflación.

Dante-sica-08112018
Dante sica | NA

El Ministerio de Producción y Trabajo dará a conocer en los próximos días el dato de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) de octubre y con esto se actualizará el pago del Impuesto a las Ganancias para 2019. Estiman que subiría un 28%.

De esta manera, se espera que los trabajadores solteros y sin hijos comenzarían a tributar ganancias en 2019 a partir de los $38.200 en mano, siempre que el Gobierno incremente el Mínimo no Imponible (MNI) y las escalas actuales del gravamen en un 28%, consignó Ámbito Financiero.

"El aumento del Mínimo No Imponible para el 2019 estará muy por debajo de la inflación de este año", explicó el tributarista Ezequiel Pasarelli al medio. "Al día de hoy, la variación ocurrida entre los meses de septiembre de 2017 y septiembre de 2018 asciende al 25,41%". Basado en esos antecedentes, el tributarista sostuvo que "como mucho, se puede esperar que el aumento sea de entre el 27% y el 28%, lo que implica más de 15 puntos por debajo de la inflación real que es del 45%".

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El especialista formuló las siguientes comparaciones de salarios de bolsillo para los mismos tipos de empleados. Este año, el MNI para el soltero sin hijos es de $29.855,68; soltero con 1 hijo, $32.275,77; casado sin hijos, $34.654,54 y casado con dos hijos, $39.494,71. Si el RIPTE creciera 28%, en 2019 pasaría para el soltero sin hijos a $38.215,27; soltero con 1 hijo, $41.312,98; casado sin hijos, $44.357,82 y casado con dos hijos, $50.553,23.

Durante años, el anterior gobierno de Cristina Kirchner se negó a aplicar mecanismos de actualización automática del mínimo no imponible. Por el contrario, los mantenía congelados, de modo que cuando los trabajadores recibían un incremento salarial, gran parte de este se lo llevaba el Estado.

En diciembre del 2016, se cambió el sistema y se comenzó a aplicar el RIPTE, que no es otra cosa que un cociente entre la cantidad total de remuneraciones del sector registrado de la economía y la cantidad de trabajadores. El RIPTE tiene como defecto que no todos los salarios crecen año a año del mismo modo, de manera que aquellos que obtienen incrementos por encima de lo que evoluciona el indicador caen en la misma trampa de que una parte se lo termine llevando el Estado. Por el contrario, quien recibe un aumento por debajo de la marca, puede resultar beneficiado.

Un estudio reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destaca que entre 2015 y 2018 la cantidad de empleados en relación de dependencia que empezó a pagar el gravamen pasó de 1,2 a 1,9 millones.

ED/FeL