ECONOMIA
Matriz energética

Por qué la producción de gas es importante para la matriz energética de Argentina

El gas sigue siendo el combustible dominante en la matriz del país, a pesar del aumento de la participación de energías renovables, representa un 55% de la misma.

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Gas natural | Télam

El 5 de marzo se celebró el Día Nacional del Gas, un recurso fundamental para el país que cada día gana más adeptos. A pesar del notable aumento de la participación de energías renovables -como la energía eólica y la energía solar- en los últimos años, el gas sigue siendo el combustible dominante en nuestra matriz, representando un 55% de la misma.

Hace tan solo unas semanas, la Secretaría de Energía de la Nación anunció que Argentina cerró un 2021 histórico, marcando un nuevo récord en materia de producción de gas. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Por qué es tan importante dentro de nuestra matriz productiva?

Con la irrupción de la pandemia, hubo un resurgimiento del GNC en nuestro país. Esto se debe, en cierta parte, al aumento del precio de los combustibles líquidos y también por la presencia cada vez mayor de vehículos pesados dedicados exclusivamente a funcionar con gas. Tanto es así que, en los últimos años, reconocidas empresas han introducido al mercado local camiones impulsados 100% a gas y se espera que, durante este año, se concrete la comercialización de buses dedicados a operar con este combustible que se destaca por ser más amigable con el medio ambiente.

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En este contexto, la demanda de gas comprimido aumentó y se espera que siga incrementando en los próximos años, impulsado a su vez por el proyecto que busca desarrollar un gasoducto que conecte Vaca Muerta con los principales centros de consumo energético. Se destaca también el desarrollo de este tipo de ductos en el centro y noreste de nuestro país, situación que lo potencia como el principal combustible de nuestra matriz, planteando la posibilidad de realizar el cambio del uso de gasoil importado por gas de producción local.

Es así que sería imposible plantear un escenario en donde el gas no sea una fuente primaria de energía. El éxito de la producción de este tipo de combustible no es solo positivo para las empresas, sino que también lo es para el país, para la generación de divisas, nuevas inversiones y la generación de empleo.

Sin embargo, aún queda mucho para hacer en cuanto al desarrollo de este hidrocarburo en Argentina. Debemos dejar de importar gas, dejar de perder dólares que no tenemos y empezar a aprovechar los recursos que están bajo nuestros pies. Vaca Muerta tiene un enorme potencial que ignoramos por mucho tiempo. Si empezamos a aprovechar los recursos de los que disponemos y ponemos en circulación más automóviles que funcionen con gas, estaríamos más cerca de lograr la transición a energías totalmente limpias.

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No tenemos dudas de que cambiar la matriz energética en el mediano plazo es casi imposible, o implicaría grandes inversiones, desaprovechando una red de suministro a punto de consolidarse a nivel nacional, no solo con una inversión considerablemente menor sino con una disponibilidad a corto plazo.

Sabemos que estamos atravesando a nivel global una etapa de transición energética en el área del transporte hacia la aplicación de energías renovables, como la electricidad y el hidrógeno. Cuantificar la duración de esta etapa no es una tarea sencilla, sin embargo, es posible afirmar que en este período el gas natural desempeña un rol como actor protagónico.

Gustavo Frontera es Gerente Comercial de Aspro.

SE / ED