ECONOMIA
NUEVO ESCENARIO

Lacunza, con mirada política: "Ni liberal ni keynesiano, importa más que un plan sea consistente"

"Tenemos que dialogar con la oposición, buscar consensos", insiste el flamante ministro. Cuáles son sus objetivos antes del 10 de diciembre.

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DESPACHO. El exfuncionario de la Provincia cree que "las urnas dieron un mensaje contundente". | Pablo Cuarterolo.

Con una larga trayectoria en el Banco Central durante la gestión de Martín Redrado entre 2005 y 2010, pasado de consultor y siempre en diálogo con la política, Hernán Lacunza se involucró desde el Banco Ciudad con el PRO de Mauricio Macri.

—¿Qué significa su llegada al Gobierno en términos políticos?

—No me daría tanta importancia. No hay ni nombres mesiánicos ni funcionarios omnipotentes. Tenemos que dialogar con la oposición, buscar consensos. En 35 años de democracia, la Argentina ha aplicado distintas recetas que nos encanta etiquetar: ortodoxo, heterodoxo, liberal, convertibilidad, Plan Austral. Más que tratar de catalogar una idea o un programa económico con algún nombre, peronista, radical o de Cambiemos, lo más importante es que sea consistente. Si el lunes bajamos los impuestos y el martes subimos el gasto, no nos sorprendamos porque el miércoles aumentó la deuda.

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—¿Con qué resultado se sentiría satisfecho el 10 de diciembre?

—Me sentiría satisfecho con estas dos condiciones: si Macri puede renovar la presidencia y si en el período electoral pudimos darles estabilidad a los argentinos.

Lacunza recibió a los técnicos del FMI y aseguró que se cumplirán las metas

—¿No con una de las dos? Porque usted no tiene la campaña a su cargo.

—Digo lo que deseo. Pero la segunda debería ser un objetivo común a todos los candidatos y a los que participamos en la vida pública.

—¿Ha hablado con Alberto Fernández?

—Hablé esta semana. Hacía mucho que no hablaba.

—Tras casi cuatro años en la provincia de Buenos Aires, ¿por qué cree que perdieron por veinte puntos?

—Las urnas dieron un mensaje contundente. Tenemos que tomar nota. En la Nación y en la Provincia también, donde tuve el gusto de acompañar a María Eugenia Vidal casi cuatro años, en términos económicos era el triángulo de las Bermudas. No se hacían obras, tenía impuestos récord y tenía déficit. El déficit lo bajamos a la mitad, la obra la duplicamos y bajamos los impuestos. El trilema económico de la Provincia mejoró en los tres vértices. Pero la propuesta de la Nación y de la Provincia fue un cambio cultural. Eso es posible siempre y cuando el bienestar del día a día esté garantizado. Si no, no es suficiente. Ese es el mensaje que nos dieron las urnas.

"Me da cierto orgullo cuando la oposición habla de no mentir con las estadísticas o no ir al default."


—¿Pagaron en la Provincia el costo de las políticas nacionales?

—El tablero de comando provincial es menos sofisticado porque hay cosas que te vienen dadas. La macro te viene dada, el nivel de apertura, la inflación, el tipo de cambio... La actividad está más determinada.

—Tal vez ni Mandrake ganaba en la Provincia con esta situación económica.

—No soy un analista político ni electoral, estoy involucrado hasta sentimentalmente con esta propuesta y este gobierno. Sí creo que hay un esfuerzo grande y un cambio de fondo grande, que es atendible y defendible si el bienestar no está muy afectado. Cuando tenés dos años seguidos de recesión, es más difícil.

—Si les toca perder, ¿una herencia de Cambiemos será que el kirchnerismo se corrió hacia el centro?

—Primero, espero que tu supuesto no se cumpla. Segundo, cuando escucho a la oposición decir que no vale mentir con las estadísticas, que el equilibrio fiscal es un pilar o que el default no es una opción, me da cierto orgullo de haber contribuido a consensuar esos principios.

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