La llegada de Hernán Lacunza al Ministerio de Hacienda hace una semana tuvo una particularidad: desde todos los espacios políticos saludaron con respeto y afecto al hasta entonces funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Eso sí, algunos se lamentaban que tuviera que hacerse cargo, a sus 50 años, de un momento muy difícil. El dólar había saltado a cerca de $ 60, la inflación se está acelerando otra vez y la recesión se profundiza, todo con un gobierno con el poder licuado desde que, en las primarias de agosto, perdió por más de 15 puntos y quedó muy cerca de dejar el poder. Transformado en nuevo vocero de una administración necesitada de transmitir calma, habló con PERFIL en un despacho que tras Nicolás Dujovne y con él lleva 29 ocupantes desde la vuelta de la democracia.
—¿Terminó la corrida?
—No fue una corrida. Fue la reacción del mercado de cambios a un resultado electoral que no estaba esperado, o por lo menos no con esa diferencia. El mercado que a veces se parece a un Godzilla abstracto que está agazapado ahí, y en realidad es la suma de las decisiones individuales de ahorristas e inversores, reseteó el tipo de cambio de 45 a 55. Se ve que el tipo de cambio de equilibrio de un gobierno del Frente de Todos es más alto que el de un gobierno de Juntos por el Cambio. Si hubiéramos ganado en las PASO, el tipo de cambio habría bajado, no subido.
No hay razones para esperar un tipo de cambio más alto. De aquí para arriba, todo impulso es puramente irracional. El tipo de cambio real actual es el mayor de los últimos 12 años. Es un tipo de cambio muy competitivo que balancea largamente nuestro sector externo.
—¿Por qué el tipo de cambio del Frente de Todos es 10 pesos mayor?
—Yo no lo digo. Lo dice el conjunto de ahorristas e inversores. Evidentemente hay dudas de inversores sobre la política económica del Frente de Todos. Es un juicio de valor que hacen los ahorristas y ya se corrigió.
—¿Cree que si hay más gestos de moderación de Alberto Fernández deberá seguir bajando?
—Sí. En la medida en que no solo el Frente de Todos sino todos los candidatos. Por eso el Presidente me pidió dar estabilidad y alivio a la población en el período electoral. En la medida en que haya coincidencia en una matriz de principios económicos comunes, más estabilidad va a haber. Qué son consensos básicos: cuando escucho decir a candidatos de la oposición que el superávit fiscal es un pilar, que no vale mentir con las estadísticas, que el default no es una opción, eso contribuye a estabilizar. Cuando escucho que la junta nacional de carnes o granos, que los tipos de cambio diferenciados, eso no contribuye. En buena hora que tengamos una matriz de coincidencias.
—¿Alcanzan las reservas por las tensiones del tipo de cambio? Cayeron 8 mil millones.
—Hay 58 mil millones de dólares de reservas. Aun en un escenario de estrés, son reservas suficientes. Por supuesto que, como dije, la calibración cotidiana de la política cambiaria es del BCRA. Parte de mi trabajo esta semana fue coordinar con el presidente del Banco Central, con quien coincidimos sobre la competitividad del tipo de cambio, y la contribución del Tesoro para esa estabilidad es una política fiscal que es cumplir con las metas establecidas con el Fondo Monetario Internacional.
—¿No hay riesgo de incumplimiento de metas con nuevas partidas?
—Las metas del tercer trimestre se van a sobrecumplir. Las anuales se van a cumplir. El paquete de medidas de alivio tiene un costo fiscal para la Nación de 50 mil millones de pesos, que se compensa con la mayor recaudación esperada porque, nominalmente, la recaudación va a ser mayor, por lo que está autofinanciada y no pone en riesgo las metas.
“Un acuerdo de precios es una opción, pero no sirve mientras el dólar sea un barrilete”
—Tras la devaluación y un menor crecimiento, ¿no pueden saltar alarmas en el Fondo porque la deuda se vuelve menos sostenible?
—La deuda sigue siendo baja. Incluso va a bajar porque pagamos una deuda de 2.600 millones de dólares que estaba asociada a bonos por 12 mil millones como garantía, por lo que la deuda baja unos 12 mil millones de dólares. La deuda nominal en dólares es más baja. La capacidad de pago de la deuda es semejante a la que había antes de la devaluación.
—¿Está en riesgo el desembolso de US$ 5.400 millones?
—La Argentina está cumpliendo el programa estrictamente, por lo que no hay razones objetivas para ello.
—Pero la misión llegó para analizar los últimos acontecimientos y tener reuniones políticas, no para hacer la quinta revisión, dijo el FMI en un comunicado.
—Para nosotros es la misma agenda de siempre, con los mismos interlocutores de siempre, que solo se atrasó una semana por el cambio de autoridades.
—¿El Fondo pedirá un visto bueno de Alberto Fernández a lo que se discuta ahora?
—No sé si el Fondo piensa eso. Es una conjetura. El Fondo en su visita siempre ve al oficialismo, a la oposición, hasta a los privados, economistas, gremialistas. Un gobierno no es la representación excluyente de la comunidad, no es la única voz posible.
—¿Están trabajando en un acuerdo de precios, más allá de Precios Cuidados, para morigerar el traspaso de la devaluación?
—Es una opción, pero primero la macro tiene que dar señales. Los acuerdos son de carácter micro. No hay ningún tipo de acuerdo posible si el tipo de cambio es un barrilete.
—¿Gestiona mirando la semana que viene o el 10-D?
—Siempre hay que mirar la próxima semana, el mediano plazo y el largo plazo. La democracia es construir sobre lo hecho por el gobierno anterior, no hay que dejar tierra arrasada para que el que sigue empiece de nuevo. Ese es el mal de los últimos 35 años.
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