Las condiciones financieras locales se deterioraron fuertemente en octubre en un contexto de incertidumbre electoral y la ampliación de la brecha cambiaria rozando casi el 100% ante la escalada del dólar blue y las divisas paralelas libres, con lo cual “la economía argentina ya lleva 37 meses operando en zona de stress financiero”.
Así lo reflejó el informe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que precisó que el Índice de Condiciones Financieras (ICF) cayó en octubre 6,4 puntos contra septiembre, hasta alcanzar un nivel de -41,3 puntos, “su peor registro desde marzo de este año”.
La entidad destacó que el derrumbe fue todo “made in Argentina”, es decir que responde principalmente al empeoramiento del componente de las condiciones financieras locales que bajó en octubre 9,6 puntos contra septiembre al descender el índice a un nivel de 75.9, el peor desde enero de este año.
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En cambio, el componente que mide las condiciones financieras internacionales tuvo en octubre un repunte de 3,2%, y fue el mejor guarismo desde junio.
“Desde julio del 2020 las condiciones internacionales están en zona de confort”, destacó.
El análisis precisó que “siete variables que contribuyeron negativamente” al subíndice de condiciones locales “que continúa cómodamente en zona de stress”
Según enumeró, “las más significativas” fueron la brecha cambiaria y la depreciación esperada
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“También registró una caída leve el stock de depósitos en dólares en donde produjimos un cambio metodológico para capturar mejor las variaciones mensuales”, explicó.
El informe puntualizó que hubo “dos variables sin cambios (la tasa Badlar y el spread entre Badlar y el mercado interbancario)” y “una sola que jugó a favor y fue el índice Merval”.
En ese sentido, el IAEF consideró que “la mejora del Merval puede ser ambigua porque la suba de la brecha juega a favor de los precios de los activos que cotizan localmente incluyendo a las acciones”.
En esta coyuntura, el informe arrojó que “la economía argentina lleva 37 meses operando en zona de stress financiero”, y puntualizó que “la última vez que el ICF local estuvo en terreno positivo fue en agosto de 2018”.
“Los primeros 12 de estos 37 meses de sufrimiento, el stress era moderado, mientras que ahora llevamos 25 meses de stress severo” advirtió.
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No obstante, el documento sostuvo que “desde el pico de stress de abril 2020 con el surgimiento del Covid-19, la malaria se redujo considerablemente desde -139 a -75 puntos”.
Según detalló, dos de los componentes del ICF local están en zona de confort: la liquidez de largo plazo y el spread por legislación.
“Ambas redujeron su valor en el último mes y no necesariamente son malas noticias. La baja en la liquidez viene dada por una reactivación del crédito. La mayor prima por legislación está asociada mayormente a la implementación de una nueva versión de las restricciones cambiarias”, evaluó.
El análisis estimó que en 2021 el rebote de la economía argentina “sea posiblemente cerca del 9%” pero el país “no puede aprovechar esa bonanza del lado financiero porque no tiene abierto el mercado de capitales internacional”.
“De todas maneras, la correlación entre variación del ICF y variación del EMAE sigue siendo bastante razonable, es decir que es un predictor respetable del nivel de actividad. En la medida que este viento favorable continúe, se puede pensar en mejores escenarios para el 2022”, planteó.
Según su visión, el gran riesgo para la Argentina “es que una vez que se ponga más atractiva para los mercados del mundo, con un programa del FMI que reduzca la incertidumbre, las condiciones globales no sean tan auspiciosas como en la actualidad”.
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“El otro gran riesgo es que aún haciendo alguna reforma y luego de un programa con el FMI, el mundo se mueva a condiciones financieras más duras dado el alza de la inflación en varios de los principales mercados desarrollados y emergentes como es el caso de Brasil", previno.
Al respecto, sostuvo que actualmente “uno de los riesgos que se ven son monedas emergentes más débiles como es el caso del real brasileño y niveles de actividad con crecimiento exiguo en dos socios comerciales importantes como son los casos de Chile y Brasil”, y acotó que “si bien los precios de las materias primas no son malos, ya no vemos los promedios del 2021”.