Sin duda, evitar el cambio climático siempre será más barato que los desastres naturales. Por lo menos, esa es la conclusión que surge del estudio realizado por Swiss Re, la mayor compañía de seguros del mundo, que sentenció que los desastres naturales (y algunos causados por el hombre) causaron en 2006 pérdidas por 40.000 millones de dólares, de los cuales unos 15.000 millones no estaban asegurados.
Estas cifras son, para los analistas financieros, relativamente clementes frente a la magnitud de las catástrofes ocurridas en los dos años anteriores y que dieron lugar a importantes pérdidas económicas para las aseguradoras, léase Tsunami en Asia y Katrina es los Estados Unidos.
La mayor compañía de seguros a nivel global afirmó, en una nota publicada en el diario español El Mundo, que 2006 fue el tercer año de las dos últimas décadas en que se registraron menores pérdidas económicas aseguradas. Sólo 1997 y 1988 fueron mejores para las compañías de seguros en ese periodo, un resultado que se atribuyó a la tranquila estación de huracanes en Estados Unidos y los países vecinos.
De la misma manera, también contribuyó que ninguno de los mayores países industrializados sufrieron un terremoto de gran intensidad o catástrofes artificiales muy costosas, como accidentes aéreos o incendios gigantescos.
Por el momento, sólo tres siniestros superaron el millón de dólares de pérdidas: dos tornados que tuvieron lugar en Estados Unidos en abril y el tifón Shanshan que golpeó Japón en septiembre.
Por otro lado, la distribución geográfica de los desastres más graves tuvo una gran influencia en los montos de daños asegurados, ya que, durante este año, terremotos y tifones tuvieron lugar sobre todo en países emergentes donde el valor de los bienes asegurados es relativamente bajo.
Más víctimas. Sin embargo, esas catástrofes dejaron un gran número de víctimas, como fue el caso de Indonesia, que sufrió fuertes terremotos en mayo y julio pasados, y Filipinas, recientemente golpeada por el huracán Durian.
Los desastres naturales -entre terremotos, olas de frío y tormentas- registrados en 2006 fueron 140 y los de carácter "técnico" -como accidentes marítimos- fueron 200, según Swiss Re. Todos esos sucesos causaron más de 30.000 muertos, lo que, sin embargo, representa una fuerte reducción de víctimas frente a las 112.000 personas que perdieron la vida en 2005 por causas similares.
Por número de víctimas, los desastres más mortíferos de 2006 fueron el terremoto que arrasó con la ciudad de Bantul (isla indonesia de Java), con 5.778 fallecidos, el tifón Durian en Filipinas (1.350), la ola de frío en Europa oriental (1.333) y el hundimiento del barco Salam 98 en las costas de Egipto (1.026).