La soja viene en suba las últimas tres semanas, tanto en el mercado internacional como local, el grano y la harina de soja suben hacia el corto y mediano plazo, achicando en el mercado local el inverso de precios entre el saldo de soja 20/21 y la cosecha 21/22.
Las semanas festivas transcurridas y las que vienen, son claves para definir rendimiento en Sudamérica, con lluvias caídas y pronosticadas que amenazan los volúmenes futuros. Las pulsaciones del mercado muestran la gravedad del diagnóstico.
En tres semanas los precios futuros de soja MATBA-ROFEX subieron en promedio 9%, a causa principalmente del clima en Sudamérica y perspectivas de recorte de rendimientos en importantes zonas productivas. En el gráfico tenemos subas de U$S 23/TN para el saldo de soja 20/21, y de más de U$S 30/TN para la 21/22, esto llevó al diferencial de precios entre mayo y enero 22, de casi U$S -40/TN a menos de U$S -30/TN.
Las razones de estas subas se reducen a lluvias inferiores a lo normal, en un momento en que la siembra de soja en Argentina está culminando, y avanzando el crecimiento y desarrollo de la oleaginosa en todo Sudamérica, considerando que los stocks mundiales de soja se encuentran en volúmenes muy ajustados.
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Es necesario recordar que Argentina produce 13% de la soja del mundo y exporta más del 40% de la harina de soja que se exporta en el mundo. Con esta relevancia, sembró 17,2 millones de hectáreas el año pasado, y este año redujo la superficie de soja a 16,5 millones de hectáreas. La realidad es que la siembra local de soja alcanza casi 87% del área proyectada y viene con casi 7% de retraso, con riesgo de pérdida de superficie, por no lograr la humedad de suelo necesaria para el avance. Los riesgos son altos y los mercados, como se vio más arriba, lo registran con subas.
El año pasado, en medio de una sequía grave, logró rendimientos promedio de 26,7 quintales por hectárea, cuando el promedio de años climáticamente normales es de 30-33 quintales por hectárea. La pregunta es, cuál será el rendimiento alcanzado este año, con menor superficie de siembra y una situación climática compleja.
Comparemos la situación agrícola del año pasado a esta fecha, respecto a la actual, a inicios de enero. Veamos los mapas de agua útil, es decir, agua que los cultivos pueden sustraer del suelo, el año pasado a la izquierda y en la actualidad a la derecha.
Las zonas marcadas en ambos mapas, de la primera semana de enero 2021 y 2022, corresponden a las tierras que producen casi 60% de la soja de Argentina. Puede verse que, si pensamos que mapa está peor, tenemos que hay zonas peores este año, como el Noroeste (NOA), Noreste (NOE) argentinos y norte de Córdoba, con reservas de entre 0% y 20%, y hay zonas en mejores condiciones este año que el año pasado, como la zona núcleo norte y sur, que abarca Centro y Sur de Santa Fe, Sudeste de Córdoba y Norte de Bs As, cuyas reservas varían entre 0% y 40%, a diferencia del año pasado, que era de 0% a 10%.
Las cinco zonas son muy importantes, y lo más importante es el potencial de recuperar rendimiento ante la ocurrencia de precipitaciones.
Veamos entonces qué dice el mapa de lluvias hasta mediados de enero. Se observa que en la zona núcleo se esperan 5 a 10 mm, mientras en el norte de Córdoba, NOA y NEA, se esperan lluvias de entre 15 y 35 mm. En la medida que estas ocurran, habrá leve recuperación en algunas zonas, y esperar los siguientes pronósticos para el resto del mes.
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Las tres semanas comprendidas entre fin de año e inicio del nuevo año, el año pasado, con malas condiciones de humedad en Sudamérica, y pronósticos pobres de lluvias, causaron subas semejantes a las actuales, para continuar las subas, en el caso del grano de soja, más cerca de la cosecha, pero en el caso de la harina de soja, las mayores subas se dieron en enero, para luego caer durante el año.
Vemos en el período actual, que la harina de soja ha ganado mucho más valor, que el grano, por ser Argentina una pieza fundamental de la exportación global de harina de soja, y estar especialmente amenazada, no solo por falta de lluvias, sino además por las bajas del Paraná, que siguen complicando la logística de la mercadería de exportación.
Entonces, qué pasa y qué puede pasar con la actual situación climática, un recorte de superficie de siembra y de volumen de cosecha, con su consecuente reducción de producción de harina de soja y participación en el mercado exportador. Todo esto comprometiendo el ingreso de divisas por soja y harina de soja a nuestro país.
Los precios podrían subir aún más, pero la realidad es que la cantidad perdida podría comprometer el volumen de Dólares proveniente de la soja 21/22, a pesar de las subas.
Conocer este riesgo, debe poner en perspectiva la planificación comercial de soja 21/22, a fin de, en principio conocer el estado de cada lote y potenciales pérdidas, y luego, avanzar sobre coberturas de precios de venta, elevar pisos con opciones PUT, y posicionarse hacia el aprovechamiento de las presentes subas, sin comprometer entrega de mercadería.
Conclusiones: A la pregunta inicial, lo que pasa con la soja es similar a lo ocurrido el año pasado, sequía en Sudamérica, pero en un año en que el stock internacional de soja no ha sido repuesto, y las condiciones de stress del ambiente Sudamericanos, no solo de Argentina, son más extremas en muchas zonas. La compensación de mayor precio por menor cantidad de mercadería para vender, no siempre ocurre. Argentina puede verse perjudicada por menor cantidad de cosecha, menor producción de harina y menor volumen destinado a exportación. Las empresas agropecuarias deben enfocar su atención en la realidad productiva de cada lote, y en las coberturas de precios de la nueva cosecha. Activar las decisiones, con el uso de opciones de futuro, aprovechando subas para compras de PUT. Enero terminará de responder a la pregunta de este informe, esperemos que la respuesta sea, lo que pasa con la soja es mejor de lo esperado.
* Ing. Agr. Msc. Agronegocios. Equipo de Salvador Di Stefano