Hasta no hace tanto tiempo atrás, estábamos acostumbrados a pensar en el mundo de las empresas como en ese universo de grandes compañías globales en las que nuestros padres y abuelos pudieron trabajar por la totalidad de su carrera laboral.
Eran grandes conglomerados de empresas industriales, manufactureras, automotrices, constructoras, de energía o fabricantes de bienes de consumo durables, de consumo masivo y grandes proveedores de servicios de todo tipo.
Todas con miles de empleados en todo el mundo, que competían en mercados estables, donde los accionistas e inversores volcaban su capital en busca de retornos financieros riesgosos, pero razonables y estables.
Los ejecutivos estaban acostumbrados al mismo negocio habitual, al mercado de siempre, a los competidores de todos los días y a los desafíos conocidos, con pocos cambios.
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Pero el mundo de los negocios cambió y hace 2 años terminó de dar un giro de 180 grados.
Las empresas tradicionales pierden atractivo y los accionistas cambiaron su perfil, los grandes fondos de inversión volcaron sus inversiones a los nuevos negocios de rápido crecimiento y emergieron los pequeños inversores, para interactuar en un mercado donde el que pega primero se lleva todo y donde ser más rápido es tan importante como tener una excelente ejecución.
La búsqueda de mayores beneficios, la posibilidad de diversificar el riesgo aportando al crecimiento de muchas empresas a la vez y el contexto latinoamericano emergente, fueron el caldo de cultivo que permitió esta ola de alta rotación de ejecutivos, la cual responde a 3 factores:
1- Exploración e Innovación: Inversores, ejecutivos y empleados buscan propuestas de valor en mercados no explorados, orientando sus capacidades, tiempo y dinero, en descubrir océanos azules, multiplicar el valor de acción incluso dando pérdidas contables y ganar aprendizaje y experiencia para el futuro.
2 - El consumidor ha cambiado: Tiene un poder de compra renovado, tal es así que es el centro de atención de todas las empresas, que ya no evalúan con tanta atención otros factores sino que direccionar sus esfuerzos a capturarnos, retenernos y fidelizarnos el mayor tiempo posible, con el mayor porcentaje de nuestro bolsillo comprometido. La experiencia del cliente es el rey.
3 - El impacto de la transformación digital: La aceleración de los cambios internos y la velocidad de la información, hacen que tanto empresas tradicionales como la gran cantidad de ventures emergentes, demanden ejecutivos con capacidad de management para conducir equipos de trabajo exitosos y flexibles.
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Es así como, además de la rotación natural, sumado el efecto rebote post-pandemia, teniendo en cuenta que los ejecutivos aceptan paquetes de compensaciones más flexibles, los ejecutivos de toda Latinoamérica marcan récords en la rotación, que se explica también por el home office y el teletrabajo, que llegó para quedarse y cambiar las reglas del juego para todos.
* Managing Partner de High Flow, Grupo DNA.
