El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a meter la cola dentro del gabinete económico de Cambiemos y se anticipan cambios en el sistema de financiamiento público. A nivel global, en tanto, advirtió sobre el alto endeudamiento de los países emergentes y las barreras comerciales.
Christine Lagarde, la titular del organismo, volvió a la Argentina en el marco del G20 pero también tuvo su bilateral con Mauricio Macri para seguir la implementación del acuerdo por US$ 56.300 millones que la Argentina tiene con el organismo. Antes de la reunión, ya lo había felicitado en un comunicado “por el eficaz liderazgo del G20” y “la determinación con la que implementan su plan de reforma económica”. Y dijo también en Instagram que los argentinos son unos “genios” y que éste fue “el mejor G20 por lejos”.
Pero cumplir al pie de la letra con el Fondo genera internas. El presidente del Banco Nación (BNA), Javier González Fraga, fue el que se quejó porque las “recomendaciones” del equipo de la ex ministra francesa atentan contra el fondeo del Banco Nación y también contra el otorgamiento de préstamos para la producción.
Como respuesta, el Gobierno prepara una unidad que controle el financiamiento público, por arriba del BNA. El área estaría a cargo de Francisco Cabrera, ex ministro de Producción y ahora asesor de la Presidencia, además de formar parte del BICE, el Banco de Inversión y Comercio Exterior (ver aparte).
En ese contexto, se barajó la salida de González Fraga de la entidad, aunque en su entorno aclaran que “no piensa renunciar”. En todo caso, el Ejecutivo tendría que echarlo aunque desde el G20, el ministro de Produ-cción, Dante Sica, dijo que “no va a haber cambios en el Banco Nación”.
Fraga no es la primera víctima del “staff” argentino que encabeza Roberto Cardarelli. Luis Caputo terminó saliendo por las desavenencias vinculadas a la necesidad de tener un margen para intervenir en el mercado cambiario. El ex ministro de Finanzas es bien ponderado por el titular del BNA por haber de-sarmado “la bola de Lebacs” no bancarias.
Nicolás Dujovne, el ministro de Hacienda, en cambio, recibió los elogios del FMI, junto con Macri, por el “compromiso” en las reformas. El titular del área económica, además del aplauso-medalla-y-beso de Lagarde, gana espacio en el Banco Nación con el reemplazo de tres directores que se encaminaban a terminar su mandato: Alicia Caballero, decana de Económicas en la UCA; Adrián Giacchino, por un problema de salud y Diego Dequino, un hombre de Caputo: una movida clásica ante la salida de Toto. “Es lógico que el ministro quiera poner a su gente. La política es la política”, se había resignado González Fraga.
Otro punto de renovada tensión entre el organismo y el FMI son los programas de participación público privada (PPP) que el Fondo considera gasto encubierto. La dirección de PPP dejará de estar en Hacienda, de hecho, y esta semana anunciarán que pasa a jefatura de gabinete bajo control también de Cabrera.
Deuda. Sobre el final del G20, Lagarde emitió un comunicado donde advierte que “hay una necesidad urgente de suavizar las tensiones comerciales”. “Las presiones en los mercados emergentes han crecido y las tensiones comerciales empezaron a tener impacto negativo”, agregó. Si se aplicaran los aranceles anunciados, cerca de tres cuartos del PBI global podría perderse para el 2020. “Si las restricciones del comercio de servicios se redujeran un 15%, el PBI mundial podría aumentar medio punto porcentual”.
El otro punto sobre el que alertó Lagarde es el “nivel excesivo de deuda mundial”: alrededor de US$ 182 mil millones según las estimaciones del FMI. “Es importante, en particular para los países de mercados emergentes y los países de bajo ingreso muy endeudados, recomponer las reservas y revertir las políticas fiscales procíclicas”, indicó.