ECONOMIA
ADVIERTEN POR PRÓXIMA PRIVATIZACIÓN

Más de 400 empleos en riesgo: qué pasa en el complejo de Chapadmalal

Hace un mes se conoció el pase del complejo a la órbita de la Agencia de Administración de Bienes del Estado. Si bien aún no hay precisiones sobre el destino de este centro, hay preocupación entre los trabajadores y la comunidad que vive del turismo. Desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes aseguran que no habrá privatización. Mientras tanto, el lugar está en desuso.

chapadmalal
TURISMO SOCIAL. Los hoteles fueron recuperados para que los obreros puedan vacacionar. | CEDOC

Desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, que dirige Daniel Scioli, confirmaron a este medio que el complejo de Chapadmalal pasó a la órbita de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y que, a partir de ahora, el destino de este lugar depende de la agencia, la única con capacidad de privatizar u otorgar largas concesiones para su explotación. Evitaron dar más precisiones, con el argumento de que ya habían dado explicaciones "insistentemente". En una entrevista Scioli afirmó que las versiones sobre una privatización son “una mentira” y que lo que se busca es “darle sustentabilidad social y económica”.

Pero para los 76 trabajadores del complejo no hay ninguna certeza. Tampoco para los habitantes del pueblo que se forjó en función al complejo turístico ubicado en inmediaciones de Mar del Plata: comercios y proveedores que viven del turismo, cerca de 400 personas. “Estamos en una situación de incertidumbre y preocupación total”, explicaron a PERFIL trabajadores del lugar. “Yo vivo dentro del complejo, nací acá. No tengo vivienda propia, como muchos de los trabajadores. Como los sueldos son bajos, compensa que tengamos una vivienda a nuestro cargo, de la que pagamos los servicios”, explicó uno de ellos. Al ser una comunidad chica y armada en base al movimiento turístico, resultaba común que varias generaciones de una misma familia trabajaran en el lugar.

Afirmaron además que, incluso antes del paso del complejo de Turismo a la AABE y del cambio en la ley, que eliminó la obligación del Estado de promover el turismo social, el complejo ya estaba abandonado a su suerte. “En la temporada anterior, cuando asumió este Gobierno, ya estaba adjudicada toda la temporada, entonces los hoteles siguieron abiertos porque la gestión anterior ya había dejado todo adjudicado”, señalaron los trabajadores. “En marzo de 2024 se cerraron y después salieron a licitación 2 hoteles de los 6 que están en condiciones. La temporada se abrió muy tarde, del 7 de enero al 11 de marzo, cuando en nuestras temporadas suelen abrirse los hoteles en septiembre, porque ya empiezan a venir los chicos de las escuelas”. De los dos hoteles, aseguró, “abrió solo el hotel 1, porque se quitó todo el subsidio, entonces la tarifa ya era más costosa y ya no es lo mismo para venir. El turismo que nosotros tenemos es un turismo en situación de vulnerabilidad”, detallaron. “Después de eso lo que dijeron es que no daban los números, que es muy costoso mantener esto, y se decidió cerrarlo, con unos informes que adjuntaron en donde dicen que hay usurpación, que los hoteles no están en condiciones, que tienen un gran deterioro”. Luego de eso fue que lo declararon “sin destino” y lo pasaron a la Agencia de Bienes del Estado, detallaron.

“Chapadmalal fue declarado patrimonio histórico nacional, por lo que todo lo que haya sido construido no puede ser vendido, lo que no significa que la AABE pueda disponer concesionarlo para la explotación por 30 años. Es una de las playas más codiciadas de la Argentina”, agregó a este medio Sergio Salinas Porto, exdirector de Unidad Turística Chapadmalal. “A los hoteles no los van a poder vender, pero sí las tierras para emprendimientos inmobiliarios en esa zona. Imaginemos lo que pueden hacer con 165 hectáreas”. Pero más allá del interés económico de este predio, resaltó, está el impacto social de dejarlo sin funcionamiento, aunque sea por unos meses. “En paralelo a esa unidad turística comienzan las primeras vacaciones para los trabajadores y trabajadoras en Argentina. Hasta ese momento no existían las vacaciones pagas”, explicó. “Cerca de 138 mil personas pasaron en el último año en el que participé de la gestión”.

Y agregó que, además de 76 trabajadores que pertenecen específicamente a ese complejo, también hay todo un ecosistema económico, “del que participan cerca de 500 personas”, por lo que “el impacto no es solamente para los trabajadores”. Si el lugar permanece cerrado hasta que se defina su destino, finalizó, “el barrio se muere”.

“Desde el Gobierno argumentaron que este complejo está abandonado y que compite de manera desleal con el mercado turístico normal”, manifestó a este medio Víctor Peralta, que fue funcionario de infraestructura de la unidad turística durante la gestión anterior. Señaló que durante las gestiones de los ministros Matías Lammens y Gabriel Katopodis se invirtieron entre 7.000 y 9.000 millones de pesos en la readecuación del servicio hotelero. "En el caso de dos hoteles que sí estuvieron abandonados durante 20 años, se los reconstruyó a nuevo”, agregó. “Y sobre el tema de la deslealtad en el comercio del turismo, las 3.500 personas que llegaban por semana a Chapadmalal no iban a los hoteles normales. Por lo general eran contingentes de personas con bajos recursos, jubilados, escuelas, de distintos organismos del Estado".

“Hay 75 hectáreas que están sobre playas planas. Casi toda la zona es de acantilados. Las únicas playas planas que hay son las de Chapadmalal. Ahí hay una cuestión de codicia sobre ese tipo de terreno”, aseveró. Y aclaró que, si bien se cree que el turismo social es gratuito, “esto no es así”. “Chapadmalal cobraba a los distintos organismos, asociaciones, ministerios. Dentro del gobierno nacional se compensaba y a los gobiernos provinciales se les cobraba, igual que a las escuelas. Los únicos que iban gratis eran los alumnos de escuela primaria pública”, sintetizó.

Scioli había manifestado en una entrevista que “una persona pagaba 4000 pesos por alojarse, y al Estado le salía diez veces más. Se puede lograr que haya inversores que se ocupen de hacer las reformas”.

Mientras tanto, los trabajadores no saben lo que puede suceder. “Se estima que solamente van a quedar 30 empleados por un tiempo. Nuestros compañeros están angustiados. Estamos en esa transición, la realidad es que todavía no hay nada cierto”, explicó a PERFIL Gustavo Señorans, trabajador del complejo.

“Muchas compañeras y compañeros vivimos en el complejo. Perder el trabajo no es solo perder el salario: es quedarse sin un techo, sin obra social, sin contención. Y eso ya está generando un impacto profundo e indignante. Hoy tenemos siete compañeros en tratamiento prolongado por cuadros de angustia, depresión y ataques de pánico derivados de esta incertidumbre constante. Hay gente que está enferma por no saber si mañana va a tener trabajo, por no poder planificar su vida a corto plazo”, detalló por su parte Mikaela Santillán, delegada de UPCN de la unidad turística.

Y finalizó: “no es un simple hotel, es un símbolo del Estado social, es un espacio de memoria viva. Su cierre no afecta solamente a quienes trabajamos ahí: afecta al pueblo entero”.