El ministro Sergio Massa buscará tener para mediados de mayo una acumulación cercana a los US$ 7.000 millones, producto de la aplicación del nuevo “dólar agro”. A esos ingresos de divisas se le sumarán gran parte de los US$ 3.500 millones que no cumplieron con los plazos de venta acordados en la última edición del “dólar soja” y que están en la mira del Ministerio de Economía, bajo amenaza de iniciar acciones legales que los inhabilitaría para operar en el mercado de comercio exterior. La movida buscará conseguir la mayor cantidad de dólares antes de que se profundice la sangría prevista para el invierno, mucho menos intensa que en 2022, pero que no bastará con los ahorros por abastecimiento interno de Vaca Muerta para contrarrestar el déficit ante la caída de ventas por la sequía y mayores pagos de deuda.
Hasta la fecha de cierre del programa de incentivo exportador, en el Palacio de Hacienda calculan que el piso de ingresos totales sea de poco más de US$ 12.000, con una ralentización de las ventas durante junio, a medida de, que llegue el plazo para las economías regionales, que será el 7 de julio. Sucede que la aceleración de la devaluación controlada a través del crawling peg y los efectos de la inflación generarán una pérdida de los beneficios del tipo de cambo diferencial de $300.
Gobernadores brindaron su respaldo a las medidas de Sergio Massa para aumentar la exportación
El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, descartó, de manera enfática, la actualización del “dólar agro” por el efecto inflación. “Definitivamente no habrá cambio”, sostuvo en una conferencia de prensa que brindó, luego del anuncio. Esa certeza dejó claro que el objetivo del equipo económico es lograr que, el grueso de las liquidaciones, engrose las reservas del Banco Central en el menor tiempo posible. Luego, deberá administrar las divisas hasta el 10 de diciembre, y para eso se espera que en los próximos días se profundicen medidas de restricciones para acceso al dólar emisivo a través de las compras con tarjetas, el turismo emisivo y los servicios, tal como lo pidió el FMI. No se descarta un mayor torniquete a las importaciones.
Más emisión, ¿más ajuste fiscal?
Con mayores incentivos a liquidar en el corto plazo, el Gobierno también sabe que el impacto fiscal golpeará al segundo trimestre y pondrá en duda el cumplimiento de la meta que estableció el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sólo para compensar el tipo de cambio diferencial para el “dólar soja” durante 45 días, el BCRA deberá emitir unos $555.000 millones extra, un 0,3% del PBI, del total de los $ 2.083.409 millones, 1,3% del PBI, que se pagará por USD 7.000 millones que la consultora Equilibria estimó para ese período ventana. Para el caso de las economías regionales, durante cinco meses deberá imprimir alrededor de $ 575.000 millones, “con un efecto cambiario de $ 111.300 millones”.
La implementación del “dólar agro” fue consensuada con el FMI, quien tiene claro que esa emisión le costará al Tesoro un incumplimiento de la meta en torno al 0,4% del PBI. Pero, al mismo tiempo, le permitirá al BCRA quedarse con derechos de exportación para todo el año por casi US$ 850 millones, que compensará parte de la brutal caída de US$ 4.200 millones en pago de retenciones ante el impacto de la sequía en las ventas al mundo del complejo agroindustrial, si se lo compara con las liquidaciones del año pasado.
El pedido del FMI que contradice las palabras de Tolosa Paz
Este escenario deficitario llevó al organismo que conduce Kristalina Georgieva a apretar las clavijas del gasto argentino. Además del reclamo para que se acelere la quita de subsidios a la energía, el staff report elogió el recorte de planes Potenciar Trabajo, pero pidió redoblar los esfuerzos para profundizar el rastrillaje sobre los beneficiarios, de modo de incrementar la salida de integrantes y, así, depurar el padrón. La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, había desmentido esas recomendaciones, pero el informe del FMI fue enfático con la orden: “Sigue siendo prioritario mejorar la calidad y la orientación del gasto social. Deben proseguir los esfuerzos para reforzar la focalización del programa emblemático de empleo social (Potenciar Trabajo)”.
Pasar el invierno
La idea de Massa es sostener en pie el acuerdo con el Fondo, aunque sabe que las condiciones pueden volver a sufrir cambios, vía recomposición de las metas o a través de un “waiver” o perdón del organismo por haber incumplido. Por eso, la obsesión del ministro de Economía es evitar que el mercado le imponga una devaluación brusca en lo que le queda de gestión, que bien podría ser hasta las elecciones o hasta fin de año. Eso dependerá de su suerte electoral y del acuerdo dentro del Frente de Todos.
Para evitar una corrida cambiaria, el jefe del Palacio de Hacienda buscará que alcancen los dólares del Banco Central, ya no tanto pensando en la flexibilizada meta del FMI para junio, sino para poder pagar las obligaciones que el mercado le demandará durante el invierno, luego de haber pasado el primer peor trimestre de las últimas dos décadas. Lejos de revertir el envión de esa primera parte, en donde había perdido US$ 3.000 millones, el inicio de abril, y con una semana de apenas tres días, volvió a exigir a las escuálidas reservas internacionales del BCRA, con ventas en torno a los US$ 418 millones.
Para el campo, el dólar agro es "recaudatorio para engrosar las raquíticas reservas"
Según el cálculo Ecolatina, las reservas netas internacionales están en terreno negativo, en el orden de los US$ 600 millones, lo que llevó a agrandar los temores por una nueva intentona devaluatoria, ya que el poder de fuego del BCRA para intervenir en el mercado secundario está cada vez más acotado. Así, a pesar de las recetas típicas de año electoral, el 6% se estableció como el nuevo piso del ritmo del crawling peg.
Pero si bien “en las últimas cinco ruedas promedió una Tasa Efectiva Mensual diaria promedio de 6,15%, 0,24 puntos porcentuales por encima del cierra de la semana previa”, que parece dejarle sin margen de acción al Gobierno para atrasar el tipo de cambio”, Ecolatina dijo que no prevé que “se busque desandar el atraso, sino administrarlo”, por lo que anticipó que “el exceso de demanda de divisas continuará”.