Transcurrida más de una semana del vencimiento que no canceló la Argentina con el Club de París por 2.400 millones de dólares, tomando así los 60 días de gracia, las gestiones con ese grupo acreedor y especialmente con el Fondo Monetario Internacional, para arribar a sendos acuerdos, no están evidenciando mayores avances y la dilatación de los tiempos empieza a ser un motivo de creciente presión para el Gobierno.
Fuentes del gabinete económico consultadas por Perfil admitieron que si bien se mantiene un buen nivel de diálogo con el FMI y con el Club de París, grupo acreedor integrado por un conjunto de naciones, “por el momento” no hubo mayores avances en cuanto a los acuerdos que debería suscribir Argentina con ambas partes.
Guzmán y Kicillof: rehenes del FMI y el Club de París
Los representantes del Club de París le expresaron al Gobierno, en reiteradas oportunidades, que para renegociar el acuerdo que suscribió el país con ese grupo acreedor en mayo de 2014 era necesario que la Argentina cierre un nuevo convenio con el FMI.
En este momento, son varios los aspectos que siguen complicando la realización de un acuerdo con el Fondo.
Por un lado, el plazo de un nuevo convenio, ya que el FMI puede otorgar hasta 10 años, dentro de lo que se llama Facilidades Extendidas, y la Argentina insiste con un período “algo más extenso”.
El segundo aspecto donde no hay avances es en los compromisos que debería asumir Argentina si quiere acceder a un acuerdo extendido, algo que el sector más duro del oficialismo no acepta.
El tercer punto es la situación fiscal, ya que dentro de la coyuntura actual, con la pandemia que sigue golpeando muy fuerte, se estima que el déficit primario de este año será superior al 5% del PBI y el FMI no acepta más de 4,0 a 4,2% de desequilibrio.
La política exterior
Pero, además de estas diferencias en cuanto a determinados aspectos económico, también hay motivos en donde la política exterior del país ha tenido una nota negativa, especialmente en Estados Unidos.
Deuda: la estrategia del Gobierno en las negociaciones con el Club de París
En las últimas semanas hubo dos pasos que resolvió el gobierno argentino y que cayeron muy mal en Washington como fue la reciente votación contra Israel en la ONU y la decisión de retirar su apoyo a la demanda por delitos de lesa humanidad que el Grupo de Lima interpuso ante la Corte Penal Internacional.
Esos son temas muy sensibles en Washington y ahora, frente a esos movimientos, diversos especialistas en negociaciones internacionales coinciden en que fueron movimientos en falso por parte de Argentina que necesita imperiosamente el respaldo de Estados Unidos para cerrar definitivamente un acuerdo con el FMI y de esa manera terminar de negociar con el Club de París.
Con este panorama empantanado, y frente a que los tiempos empiezan a presionar cada día más al Gobierno, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, viajará el próximo fin de semana a Estados Unidos, para “recomponer el nivel de diálogo con ese país”, después de las últimas decisiones adoptadas.
Massa se reunirá en Washington con Juan González, asesor del presidente estadounidense Joe Biden en el Departamento de Estado y hombre de confianza en las relaciones con América Latina.
También mantendrá una reunión con Gregory Meeks, diputado demócrata, quien preside la Comisión de Relaciones Exteriores del Capitolio.
De esta manera, en el Gobierno hay confianza en que las gestiones de Massa en Estados Unidos puedan ser “muy fructíferas” y que tras ese viaje, Washington pueda otorgar su respaldo a la Argentina, e incluso, nombrar un nuevo embajador, ya que desde principios de año no hay representante diplomático de ese país en Argentina, ya que Edward Prado terminó su gestión a fin de 2020.
De todas formas, en el mercado internacional ven con ojos de absoluta desconfianza los movimientos pendulares que hace Argentina en su política en general.
De hecho, esos movimientos aparece como contradictorios después de una nutrida agenda de reuniones externas que ya realizó el Gobierno entre marzo y mayo.
Hay que recordar que en marzo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, viajó a mediados de ese mes a Nueva York y Washington para mantener reuniones con representantes de bancos de inversión y posteriormente con las autoridades del FMI y funcionarios de Estados Unidos.
Luego, a mediados de abril, el ministro viajó a Europa, para conversar del tema de la renegociación con el Club de París.
En ese momento, el ministro desarrolló una completa agenda que lo llevó por España, Francia, Italia, Vaticano y Alemania, para finalmente culminar su gira en Rusia.
Un mes después, el presidente Alberto Fernández, acompañado por el ministro, realizaron un gira por el viejo continente, en este caso, Portugal, España, Francia, Italia y Vaticano, que además sirvió para que el propio mandatario tuviera una importante reunión con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Posteriormente, el 26 de mayo, el presidente Alberto Fernández mantuvo una videoconferencia con la canciller alemana Angela Merkel, tras la cual, se informó escuetamente que la misma se comprometió a brindar un respaldo a la Argentina.