Horas antes del cierre formal del plan de reestructuración de la deuda que presentó el Gobierno por un monto en bonos de unos 68.000 millones de dólares (a las 17 hora local), ya se resolvió que se continuará negociando por dos semanas más, ante el bajo nivel de adhesión que tiene hasta el momento la propuesta de la Argentina. Así lo comentaron a PERFIL esta mañana fuentes del Gobierno, quienes recalcaron que no va haber cambio de fecha formal, pero que se continuará negociando con los fondos de inversión más importantes y que por ahora muestran un fuerte rechazo a la propuesta del Ejecutivo.
En ese escenario, operadores del mercado estiman que se vienen dos semanas muy duras en las conversaciones y que eso va a repecurtir en lo financiero y en la plaza cambiaria, especialmente con un alta volatilidad del dólar, de la cotización de las acciones y de los bonos y por ende, del riesgo país.
Fondos de inversión como Black Rock, Templeton y Fidelity son los más poderosos, los cuales ya dijeron más de una vez que rechazaban las condiciones que presentó Argentina para el canje de deuda. "Es un abismo la diferencia que hay ente lo que quieren esos fondos y lo que está dispuesto a negociar el Gobierno para tratar de llegar un acuerdo", resaltó un importante operador del mercado.
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En concreto, hasta la mañana de este viernes 8 de mayo, el nivel de adhesión a la propuesta del gobierno argentino se ubicaba alrededor de un 35 por ciento, lo cual es sumamente bajo si se tiene en cuenta que un canje de deuda es considerado exitoso a partir de un nivel de respaldo del 70 por ciento.
Por eso, ante un escenario adverso, en el Gobierno admiten que la mejor salida para minimizar los costos políticos es no anunciar la postergación de la fecha del canje, dejarla como está, la cual se concreta hoy, pero continuar negociando hasta el 22 de mayo que es cuando vence definitivamente un bono en divisas por 500 millones de dólares.
El ministro de Economía, Martín Guzmán y todo su gabinete se encuentran desde las primeras horas de esta mañana en el Palacio de Hacienda manteniendo reuniones internas, conversaciones con los bancos coordinadores de la operación, y contactos vía teleconferencia con representantes de bancos y fondos de inversión.
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Precisamente, una fuente de la cartera económica consultada por Perfil se limitó a decir que "se está trabajando a full para lograr un objetivo importante", mientras que circularon versiones en estas últimas horas sobre el "enojo" del ministro Guzmán acerca de las pretensiones "inadmisibles" por parte de los "pesos pesados" de los acreedores acerca de la realidad y las enormes dificultades por las que atraviesa el país, amplificadas por la tragedia del coronavirus.
En esta última semana, el ministro y sus principales asesores estuvieron analizando algunos "retoques" a la propuesta original, como para generar un mayor nivel de adhesión.
Esos "retoques" se concentraron en "tenues" cambios en cuanto a
- la quita de intereses,
- acortar en un año el plazo de gracia de tres períodos y
- una cierta mejora en la tasa de interés de los bonos de largo plazo.
Sin embargo, esas eventuales modificaciones habrían sido rechazadas por los fondos más importantes, quienes estarían dispuestos a una quita de intereses no más allá del 10 por ciento y consideran, además, que Argentina debería realizar un pago en este año como voluntad de cumplimiento.
Esa postura sin dudas que está a miles de kilómetros de distancia de la propuesta del Ministerio de Economía, la cual se basa en una quita de intereses de un 62 por ciento, de un 5,4 por ciento en el capital y tres años de gracia.
Tal como se observa, el panorama de la negociación de la deuda seguirá siendo noticia candente por bastante tiempo.
LR/FeL