El Gobierno apuntó ayer a que las leyes de pago de recomposición de jubilaciones y blanqueo salgan en junio, aunque admitió como máximo que pueda aplicarse ya en septiembre. Así, con la reglamentación comenzarán a regir los pagos para los jubilados, aunque los ingresos tardarían un poco más en llegar. En ese marco, algunos economistas indicaron que puede poner presión sobre la meta de déficit fiscal del Gobierno (de 4,8% de PBI después del 7% de 2015), mientras que dudan de que el blanqueo pueda aportar a la reactivación de la economía durante este año.
Para el economista de ACM Maximiliano Castillo, si bien el recorte de gasto tuvo un efecto negativo en el corto plazo en la actividad, puede permitirle al Gobierno cumplir con la meta del 4,8% que se fijó. “Es clave que el Gobierno cumpla su pauta fiscal porque no se la impuso nadie. Y para este programa macroeconómico la credibilidad es muy relevante. La meta de inflación ya la perdieron”, detalló.
“De lo efectivo que sea el blanqueo depende cuál será el costo de las medidas. En el caso de que estimule la actividad y haya mucho dinero que se blanquee, hay un riesgo de apreciación cambiaria si se vuelcan al mercado interno, pero se trata de una exteriorización”, analizó Lorenzo Sigaut, de Ecolatina. En el mientras tanto, “puede afectar la meta fiscal. Hacia fin de año puede haber más recaudación pero antes puede que se vaya aumentando el gasto”, detalló.
Para Marina Dal Poggetto, economista del Estudio Bein, “el proyecto está planteado para que los fondos queden afuera”, en el caso de los dólares en el exterior, para evitar el riesgo de apreciación (ver aparte). “El blanqueo no tiene un efecto de movilizar dólares para la economía. El Gobierno está más preocupado en mantener el tipo de cambio”, evaluó.
El último informe del Banco Ciudad marca que el pago a jubilados tiene “un costo fiscal asociado tanto al ‘stock’ de los pagos retroactivos como al ‘flujo’ de las mayores erogaciones corrientes. En principio, la Anses cancelaría el 50% del ‘stock’ adeudado con un pago inmediato a la aprobación del proyecto, en tanto que el 50% restante lo abonaría en 12 cuotas trimestrales”. Para el tributarista César Litvin, los fondos del blanqueo, sin embargo, llegarán más hacia diciembre, ya que se suele ‘esperar hasta el final’. Esto generaría un desfasaje que podría implicar un mayor gasto público, que hasta ahora en el primer cuatrimestre estuvo planchado. El aporte al crecimiento, apunta el economista Fausto Sportono, puede provenir del aumento de recaudación y el mayor aire para el gasto público.
En tanto, se espera que pueda recomponer actividad en el sector inmobiliario, mientras que se espera la letra chica para la inversión en pymes e infraestructura, la tercera alternativa presentada para blanquear fondos, pero a su vez la menos promocionada hasta ahora por el Gobierno
“Dólares, afuera”
La “exteriorización” de fondos o “sinceramiento fiscal” permite declarar los dólares en el exterior sin la condición de repatriarlos, según el proyecto que entrará esta semana al Congreso.
“El blanqueo está armado para que la plata que está afuera, quede afuera”, analizó la economista Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein. Con esa condición –que persigue el objetivo de que no haya una entrada masiva de capitales que pueda apreciar el peso frente al dólar–, “el blanqueo no tiene un efecto de movilizar dólares para la economía. Están más preocupados por mantener el tipo de cambio”, agregó la especialista.
En ese marco, señaló que el programa de gobierno sigue abriendo la cuenta capital, aunque se evidencia un Banco Central más activo que en las últimas semanas intervino para evitar la apreciación del peso e incluso avanzó en la baja de tasas para darle un poco de aire a la actividad económica.
En igual sentido, el ente que conduce Federico Sturzenegger subió los encajes para restar pesos de la economía y así evitar tener que mantener tan altas las tasas. Y además, por primera vez, dejó fuera del mercado de las Lebacs a los inversores no residentes.