Si de promesas se trata, en materia económica el flamante 2022 comenzó de la misma manera que el 2021. En enero del año pasado, el ministro de Economía, Martín Guzmán, prometió bajar la inflación, controlar la suba del dólar y cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario.
Este año comenzó con las mismas promesas. Hasta ahora no pudieron ser, ¿cambiará la suerte en este prematuro 2022?
Para botón de muestra está el cierre de los mercados. La cotización del dólar blue en la última jornada hábil del 2021 llegó a los $ 210 y dejó en el máximo histórico la brecha con la cotización oficial. Luego de que el Banco Central intervino con cien millones de dólares, la divisa bajó a $ 208 en el mercado paralelo. Con este panorama, nadie en el mercado espera un inicio de semana calmo para mañana.
La autoridad monetaria que preside Miguel Pesce espera que la inflación se desacelere para salir a comprar dólares y engordar las anoréxicas reservas así como acelerar la política del “dejalo ir” en referencia a fortalecer la cotización oficial respecto del peso. Guzmán no suele coincidir en torno a la política cambiaria ni a la velocidad que debería tener la negociación con el FMI.
Con este blue incontrolable no se descarta mayor presión sobre los precios. El próximo 7 de enero finalizan los acuerdos de congelamiento de precios con los que el Capitán Frío, es decir el secretario de Comercio Roberto Feletti, espara contener la suba en las góndolas. Tampoco lo logró con ese método que ahora mutará hacia un acuerdo de precios con los sectores involucrados, un formato más amable para pasar por el filtro de la negociación con el FMI.
La inflación que se desbocó también le complicó las cuentas a otras áreas del Gobierno; por ejemplo al ministro de Trabajo Claudio Moroni, quien en confianza admite que lo que fracasó de las paritarias 2021, que debieron reabrirse, fue en todo caso que se desbocaron los precios más que los acuerdos entre sindicatos y empleadores. En la cartera laboral no quisieran repetir la misma jugada para el 2022.
El acuerdo que nunca llega. Las negociaciones con el organismo internacional de crédito son una promesa con historia aparte. El ministro viene amagando con esto incluso desde antes de cerrar, exitosamente, la renegociación con los bonistas privados en 2020. Ahora, hay apuro en esta discusión porque en marzo Argentina debe afrontar vencimientos abultados y el dinero no está: por eso, entre otras razones, Guzmán le explicará, el miércoles, a los gobernadores cómo van las discusiones con el FMI.
Lo que más costo político le costó al titular del Palacio de Hacienda y al Gobierno es no pegar un solo pronóstico en materia de inflación.
Tan poco confiables se presentan estas mediciones que el Gobierno sufrió un duro revés en el Congreso por la meta de una inflación anual del 33% para todo el 2022 cuando los analistas privados ya advierten que, en el mejor escenario, repetirá la del 2021. Eso es un piso del 50% anual.
En la única que sí el Gobierno puede anotar un tanto es en la recuperación del PBI 2021, que compensaría el derrumbe del año anterior, aunque aún no queda claro si será solo rebote o crecimiento real para el 2022.
Qué dicen los empresarios. El tema de darle luz verde a los gobernadores e intendentes para subir Ingresos Brtuos y tasas municipales encendió alerta naranja entra los diferentes sectores empresarios. Sostienen que una mayor presión tributaria comprometería el nivel de actividad económica del 2022. De hecho, el nivel de presión tributaria argentina en relación al PBI es la más alta de toda América Latina.
El año que acaba de concluir implicó un desempeño heterogèneo en los diferentes sectores aunque la industria y el campo traccionaron con fuerza el nivel general. Desde el Foro de Convergencia Empresarial, que aglutina a más de cincuenta entidades empresariales, estarían poniendo fecha a una reunión en pleno enero, tal vez virtual, por este tema.
El nivel de actividad y el impacto que tendrá en la inversión y el empleo es debate crucial en las compañías. Por ejemplo, una encuenta que realizó el IAE Business School reveló que “el rebote de este año 2021 no puede considerarse como tendencia” y que detacó que en realidad ese rebote se dio con mayor o menor medida en casi todos los países del mundo debido a la recesión mundial que generó el covid-19 y también el éxito de las vacunas que permitieron ir levantando restricciones en la pandemia.
En fin, el 2022 recién comenzó, pero ya hay varias velas prendidas.