Las criptomonedas continúan siendo un furor a pesar de la volatilidad de su mercado, así luego de la crisis financiera del 2008 acentuada por la pandemia, los criptoactivos tomaron un mayor protagonismo. No obstante, existe un lado B de las divisas digitales que preocupan a muchos políticos y activistas alrededor el mundo.
La minería de criptomonedas resulta no tan inofensiva para el medio ambiente, ya que deja una huella ambiental tanto por la enorme demanda de energía eléctrica, como por la gran cantidad de desechos computacionales (haraware) que se necesitan para la producción de criptoactivos.
Frente a este panorama, la empresa Cryptogranjas creó una alternativa para desarrollar esta actividad minimizando el impacto de minar activos digitales. Pero fue incluso fue más allá y buscó solucionar otro gran problema para el medio ambiente, el tratamiento de los desechos tóxicos del agro.
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El modelo de las Bio-cryptogranjas se trata de un proceso en el que se transforma “la basura en riqueza”, sostiene el CEO de la compañía, José Sarasola, en diálogo con PERFIL. “Para que esto suceda intervienen empresas e individuos que, trabajando en conjunto, quitan del medio ambiente residuos tóxicos y los convierten en cryptoactivos. Este circuito está compuesto por cuatro procesos: un proceso químico, uno mecánico, uno criptográfico y, por último, uno informático”, agregó.
¿Cómo es el proceso para minar criptomonedas a partir de energía sustentable?
El CEO de Cryptogranjas explica que en algunos lugares no se tratan los desechos de la industria primaria y se terminan tirando a una fuente de agua potable o la tierra. “Lo que hacemos es crear un sistema a través de varios actores que participan de la operación, en el cual recolectamos esos desperdicios que se almacenan en un biodigestor donde se genera gas”, comenzó explicando Sarasola.
“Luego, se convierte en electricidad que se usa para conectar a los mineros y se empiezan a generar los bitcoins”, agregó. Según explicó detenidamente, el proceso sería el siguiente:
- Se almacena el excremento y la basura en biodigestores.
- Intervienen bacterias que utilizan estos desechos para generar gas metano.
- Ese gas se emplea para alimentar un motor que genera electricidad.
- A su vez, alimenta las supercomputadoras llamadas mineros, que trabajan a altísima velocidad y desencriptan el código “blockchain”.
- Las computadoras reciben bitcoins por hacer ese trabajo.
Cryptoverde vs. bio- Cryptogranja
Las Bio-cryptogranjas son únicas, sostiene Sarasola, porque tienen un efecto descontaminante, que el resto de mecanismos “ecofriendly” no tienen. “Quitan la basura del medio ambiente, transformando algo tóxico en algo positivo”, agregó el CEO.
“Existen granjas para minar criptoactivos que utilizan energía solar o eólica, que son energías renovables porque no contaminan el medioambiente, es decir, no perjudican, pero tampoco benefician. Son pasivas. Este factor descontaminarte es totalmente revolucionario, y posiciona a las bio-cryptogranjas como el modelo ejemplar de minería sustentable”, comentó Sarasola.
Prácticamente, todas las acciones del ser humano deja una huella que perjudica al medio ambiente, de hecho, el sistema financiero tradicional también lo hace, pero operar con criptomonedas no es la excepción. Por eso, la propuesta de Cryptogranjas promete revolucionar la industria del minado de activos encriptados.
Los números del minado de criptomonedas a partir de biodigestores
- Con 5 millones de dólares de inversión, se puede generar una planta de 2000 kilowatts, que puede abastecer un centro de operaciones de 560 computadoras.
- Se necesitan aproximadamente 4 mil toneladas mensuales de productos orgánicos en descomposición (material biológico), es decir, desperdicios
- Un novillo de 450 kilos produce aproximadamente entre 30 a 35 kilos de excremento por día. En un mes produce 1000 kilos (una tonelada). 4000 vacas producen 4000 toneladas mensuales.
¿Qué significa minar criptomonedas?
Existen muchos mitos alrededor de esta práctica. Minar criptoactivos no es encontrar, descubrir o crear nuevas monedas, sino que se le dice así al conjunto de procesos necesarios para procesar y validar las transacciones de una criptodivisa.
En el caso del BTC, la minería consiste en validar y registrar las transacciones en la cadena de bloques. Para ello, todos los nodos de la red participan en la resolución exitosa del acertijo que conlleva la búsqueda del bloque, donde teniendo en cuenta un número aleatorio y aplicando una función criptográfica, se encuentra el hash.
La labor requiere del poder de cómputo, lo que asegura que sea difícil escribir nuevos bloques de transacciones en el registro y así evitar que un atacante o hacker genere un bloque falso y lo añada a la red o que se pueda modificar un bloque existente.
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Si bien no todas las criptomonedas funcionan de la misma manera, ya que la forma de minar depende del sistema blockchain o el algoritmo de cada criptomoneda, todas tienen algo en común: las operaciones de los mineros mantienen la estabilidad y la seguridad de la red y por ello, cobran una cantidad de dinero por su trabajo. Algo que lo hace rentable y sostenible en el tiempo.
El pago por la minería se realiza con monedas que se encuentran en reserva y en ese momento entran en circulación, es por esto que la creencia de que minar criptomonedas consiste en generar nuevas divisas es errónea. Es decir, las monedas ya están previamente definidas, aunque a través de la minería se logra que entren en circulación.
