El Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzó en sus contactos con la oposición en un encuentro con Juan Manuel Urtubey, el Gobernador de Salta. La próxima semana será el turno del economista Roberto Lavagna, mientras que en la visita anterior se habían reunido con Sergio Massa, del Frente Renovador.
Las reuniones con los precandidatos le sirven al FMI de anticipo frente a lo que podrían encontrar si Mauricio Macri no llega a ser reelecto. Después de casi dos horas en su despacho del octavo piso con el experto en Argentina del Fondo, Roberto Cardarelli y Trevor Alleyne, el enviado al país, Urtubey señaló que “si no crece la economía es imposible alcanzar las variables que la Argentina necesita”.
Consultado sobre si renegociaría el acuerdo con el Fondo de llegar a la presidencia, Urtubey recordó que el Gobierno ya renegoció varias veces. “Es como en todos los contratos. Habitualmente se van revisando las cláusulas”, dijo. “No gobierna el Fondo, gobierna el Gobierno. Si hay que rediscutir, mandará la realidad”, agregó.
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Sobre la deuda con el FMI, el mandatario provincial aseguró: “la deuda la Argentina la tiene que pagar. Estamos todos obsesionados con el FMI pero es sólo el 15% de la deuda. Si a la Argentina no le va bien, no puede pagar la deuda”.
El funcionario recordó que “no hubiese ido al Fondo porque la Argentina en ese momento tenía alternativas de financiamiento” y cuestionó la forma en la que el Gobierno busca llegar al déficit cero y señaló que habría que bajar impuestos y ampliar la base de contribuyentes para compensar.
“Se necesita una reforma del sistema impositivo con mayor presión sobre el patrimonio que IVA al consumo, más inmobiliario que ingresos brutos”, enumeró, a modo de plataforma electoral. A eso suma “remover obstáculos como el impuesto al cheque para mejorar la formalidad”, garantizar la autonomía del Banco Central para generar confianza y bajar la inflación. Pero el Fondo quiere resultados más rápidos de lo que planteó el equipo salteño en las reformas.
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Para la reforma de las jubilaciones, el gobernador planteó agregar un sistema de capitalización privado al público “sin vulnerar el sistema de reparto”. Su esquema incluye tres niveles: el universal, el de reparto y “un extra” en capitalización, que sería opcional, pero siempre con la garantía de cobertura en el de reparto.
Reforma política. El Gobierno insistió en es necesario cambiar el sistema político, para bajar la volatilidad por los cambios de gobierno. “El origen de los problemas de la Argentina no es económico sino político. Es muy difícil la generación de mayorías entonces hay que buscar formas de generar consensos”, agregó en su función de un modelo de democracia parlamentaria que pone el gobierno en cabeza de un jefe de Gabinete nominado por el Congreso. “Las reformas estructurales necesitan consenso”, finalizó.
