El domingo 20 la TV Pública emitió el documental #ElOtroPaís: La comunidad educativa argentina frente al Covid-19. Si bien se anunció cómo se sostuvo el vínculo y la continuidad pedagógica entre docentes y alumnos, el documental incluye fragmentos dedicados a mostrar los supuestos logros del gobierno nacional desde que se suspendieron las clases presenciales en marzo de 2020.
Más allá de las inexactitudes y fragmentos al estilo 678, es preocupante ver cuál es la percepción del gobierno nacional sobre el año que pasó y cuáles son sus prioridades en este momento.
La decisión presidencial de cancelar las clases presenciales en marzo profundizó la desigualdad social y sumergió a muchos chicos en cuadros depresivos. La opinión científica recomendó hace varios meses abrir las escuelas, pero aquí se eligió no escuchar.
El 2020, estuvo marcado por el enorme esfuerzo de docentes, preceptores, personal administrativo y auxiliar, que se muestran en el documental, derivaron en un profundo agotamiento físico y psíquico. Un esfuerzo enorme con resultados malos, que no deja buenas sensaciones.
Enseñamos menos y aprendimos menos, no tiene sentido mentir y mentirnos.
Hay mucho por hacer en enero y febrero, necesitamos que los responsables trabajen mejor que en el período marzo-diciembre.
Hay que hacer obras importantes y urgentes en escuelas.
Hay que mejorar la conectividad en las zonas más desfavorecidas para que no se amplíe la desigualdad, diseñar planes para ir a buscar a los chicos que pueden abandonar, rediseñar planificaciones para recuperar el tiempo perdido, tener un plan de vacunación sensato que incluya a los docentes, armar planes para afrontar una posible segunda ola y no improvisar otra vez.
Hay mucho por hacer, no podemos perder más tiempo.
Hay que volver a las aulas en 2021 y hay que hacerlo bien, pero para eso algunos tienen que empezar a hacer ya mismo los deberes que no hicieron.
Es urgente.
* Integrante de la Comisión de Educación Fundación Alem.
