El oficialismo tuvo su noche soñada. La victoria por arriba del 40% a nivel nacional y sobre todo la derrota de Cristina Kirchner colocaron a Cambiemos en su resultado ansiado.
“No vuelve más, no vuelve más”. El cántico, eufórico por momentos, de la militancia de Cambiemos en el búnker de Costa Salguero fue un desahogo: el Gobierno había derrotado a CFK en la Provincia y ganado en los cincos distritos más grandes del país, que representan un 66% de la población.
Durante gran parte del día los chats de Whatsapp de funcionarios y dirigentes del oficialismo cruzaban información. Muchos aseguraban que se podía superar el 40% a nivel nacional y que el territorio bonaerense se ganaba por tres puntos. De esto dialogaron al mediodía, entre milanesas de carne con exceso de ajo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto a un gran grupo de colaboradores y funcionarios porteños y bonaerenses en la residencia de Olivos. Estaban tranquilos pero la duda sobre si finalmente los vaticinios se darían fueron el tema excluyente. Entre otros, el vicejefe porteño, Diego Santilli – quien luego se fue a buscar a Elisa Carrió para acompañarla a votar-, y el jefe de la campaña bonaerense, Federico Salvai, usaron el quincho de Olivos para relajarse e intercambiar datos.
Solo Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal almorzaron con sus familias, mientras el presidente Mauricio Macri hacía lo propio con Carrió.
El clima en el búnker fue mutando: de la cautela inicial y las tímidas voces de victoria a la euforia, ya pasadas las 22.30, con el resultado en la Provincia definido. Vidal, quien llegó a la planta baja del VIP del búnker con sus hijos y sus dos mejores amigas como escoltas, repasó el discurso con su mesa chica, integrada por Salvai, Federico Suárez (Comunicación), Mariano Mohadeb (Medios) y Fabián Perechodnik (secretario General), a los que se sumaron los candidatos del G5 y el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari. Un último integrante sorpresa pidió debutar arriba del escenario: Jaime Durán Barba.
Vidal arrastró también victorias en Lanús, Pilar, San Fernando y Tigre, cuatro de los distritos donde logró dar vuelta los resultados con respecto a las PASO.
En el oficialismo festejaban hasta última hora la nacionalización del resultado: cerca del 42%, un escenario con el que soñaban Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y los estrategas de la Casa Rosada.
Con el discurso ya armado, Macri subió al escenario absolutamente solo para capitalizar el resultado electoral. Al final, aparecieron los globos y el papel picado bajo los gritos del “sí se puede” de la militancia. La noche seguía en el boliche Caix. Un oficialismo que tuvo su noche soñada.