Para algunos es el hijo de Eduardo Costantini y de Teresa Correa Avila pero se movió por diferentes campos en donde esa cuestión parental no está en primer plano. En esa búsqueda profesional, de muy joven se inclinó por las finanzas y junto con unos amigos lanzó dinero.net, un sitio para invertir cuando MercadoPago, Uala y mucho menos las criptomonedas no estaba siquiera en papers económicos como proyectos a futuro.
Así como ese horizonte ya es un pasado por demás lejano, Eduardo (hijo) simplificó su nombre a Edo Costantini y se define como compositor, cineasta y fotógrafo. Es con esta última profesión que presentó en Brasil su primera exposición individual. En la Galería Mario Cohen Edo fue anfitrión de Uma flor não é una flor (Una flor no es una flor) donde reunió una serie de fotografías inéditas sobre la impermanencia y la fragilidad de la naturaleza, capturadas por él en los alrededores de Katonah-Bedford Hills, Nueva York, donde... y trabaja hace una década. “
Una flor no es una flor, es un viaje fotográfico, es un encuentro con lo sublime de la naturaleza”, describe Edo Costantini a sus fotografías. “Mientras caminaba por mi paisaje cotidiano, me encontré perdiéndome en el bosque, sumergiéndome en introspección. Este paseo diario cerca de mi casa creció como una experiencia y una práctica artística, una oportunidad de presenciar la grandeza en lo simple, y crear imágenes. A la luz de la urgente crisis climática actual, busco documentar la propia naturaleza y nuestra conexión con ella. De ese modo, intento capturar una historia, el florecimiento de un capullo, el brillo del sol sobre las hojas secas; la fugacidad de la vida, el inevitable final de cada una de sus fases y el nacimiento de nueva vida".
Ante de esta abrir su primera muestra individual en América Latina, Edo participó en las ferias ArtRio 2023 y SanPablo-Arte 2022; y en China Town Soup –en Nueva York– en abril último, y en otras exhibiciones grupales con artistas contemporáneos en Miami. Clara Ríos, curadora de la exposición, explicó sobre que “en esos sucesivos paseos (de Edo Costantini) donde se pierde el fin y se encuentra la libertad, emerge la acción artística, del único espacio imposible de capitalizar y controlar, el inconsciente. En el navegar por los bosques de la sin razón, el carácter poético de los fenómenos naturales se deja ver: una luz mística que atraviesa una hoja, una roca que brilla como la luna, un verde que exhala vida. Como si llevase siglos haciendo este ejercicio y sin exigirle nada al paisaje, el artista se sumerge en el estado contemplativo, accediendo a las composiciones que brotan de la materia vegetal.” De la mano Mario Cohen, titular de la galería homónima, las fotografías de Edo pasarán de San Pablo –donde se exhibirán hasta fines de noviembre– a una nueva muestra en Punta del Este.
