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Decisiones políticas y ciudadanas

De la independencia de Catalunya a los indultos

Recorrido desde la independencia en octubre de 2017 a los indultos de junio de este año.

manifestaciones independencia cataluña 20191018
Cataluña | AFP.

Les propongo en este artículo repasar algunos hechos que desde octubre del 2017 se vienen sucediendo hasta llegar a los indultos de junio de 2021.

Luego de la declaración de independencia el 27 de octubre de 2017, se produjo un hecho que a muchos nos sorprendió: la declaración no era sostenida y, ante las presiones del gobierno español, parte del Govern partió al exilio y otra parte permaneció en el país y enfrentó cargos de sedición por los que sus artífices fueron enjuiciados y luego condenados.

Lo único que siempre me quedó claro hablando con varios de los actores de todos esos hechos fue: “la independencia de Catalunya no hay que hacerla con la sangre de nadie”. Se tenía muy claro cuál era el límite. Haberse atrincherado en el Parlament o en el Palacio de Gobierno, hubiera sido una situación clave, pero el Estado español hubiera entrado a cualquier precio, y ese precio el Govern catalán no quería pagarlo e iba contra el principio expuesto: independencia, sí; pero sin sangre.

Cataluña declaró su independencia

Entonces, ¿por qué se hizo todo lo que se hizo y se llegó a votar el 1° de octubre?  Claramente, el independentismo y dirigentes pensaron que Europa iba a acompañar esa demanda democrática y que el Estado español tenía unos límites que enseguida quedó a la vista de todos que no eran tales, pues el único límite que, en este asunto, tiene el Estado español es lo que sus órganos políticos llaman "la unidad indisoluble de España".

La movilización del 1° de octubre fue la mayor manifestación de desobediencia civil de un pueblo con una larga historia de lucha por la soberanía nacional frente a un Estado que, en el siglo XXI, permanece sordo a todo reclamo. Pensar cómo se preparó ese día, y entender las alianzas que se hicieron con los catalanes de Francia para ingresar y guardar las urnas para ir, finalmente, a votar y defender los colegios electorales, fue una épica que quedará en la historia colectiva y que marca más fuerte una identidad.

Lo que me animo a afirmar es que fueron momentos de muchas convulsiones, con muchas decisiones improvisadas, con una Europa indiferente, un club de naciones que no se la iba a jugar. Aunque sí se sabe que, hubo un llamado de Merkel a Rajoy al mediodía y se acabaron los actos represivos en los centros eleccionarios. Queda claro ahora, es decir, mirando las cosas en perspectiva, que el objetivo del Estado español era empujar a la gente a votar en cualquier lado o a no votar, imponer el padrón universal y no el acostumbrado, anular centros de votación. Logrado esto, ya todo el comicio quedaba en tela de juicio. Y para el club europeo era una situación difícil de defender.

Nelson Castro cuenta cómo viven los catalanes su independencia

Todavía más difícil es comprender, en términos políticos, la actitud de parte del Govern luego del 27/10/17. Vuelvo a afirmar que, en mi opinión, no hubo un claro plan orquestado. Fueron acciones que se sucedieron pensando que se forzaría un diálogo, que se negociaría una salida pactada. Pero lo único que se logró fue mayor represión e injusticia del Estado español. Los juicios a los dirigentes catalanes fueron la diáfana expresión de esta injusticia. El procedimiento facilitó la "prueba" de actos de violencia que nunca existieron. Se trató de un juicio que, más que la búsqueda de la verdad, lo que procuró fue sentar un precedente aleccionador.

Sin embargo, los hechos fueron más ricos que los designios de quienes fraguaron la pretendida ejemplaridad de los castigos. Y así, por una parte hubo dirigentes presos en España con condenas desproporcionadas mientras que, por otra parte, los que lograron exiliarse podían neutralizar cualquier medida que los jueces españoles solicitaran a sus pares europeos. A lo que hay que agregar que tres exiliados con inmunidad derivada de su condición de eurodiputados han logrado demostrar, paulatinamente, las inconsistencias de lo actuado por la justicia española en el caso de los líderes políticos independentistas.

Y así llegamos al 2021 con unos indultos que a la mayoría del pueblo español tiene sin cuidado. Un pueblo que está preocupado por la recuperación económica y la vuelta a la normalidad en medio de las angustias de la pandemia. Sólo se ocupa del tema la derecha más rancia, y lo hace en los medios, en la justicia y en el Parlamento.

Y así llegamos al 2021 con unos indultos que a la mayoría del pueblo español tiene sin cuidado

Consideración aparte merecen los indultos. No es del caso asegurar ni negar la sincera vocación de justicia de Pedro Sánchez. Tal vez sus principios ideológicos y sus conocimientos jurídicos le estén indicando que, efectivamente, el juicio fue desproporcionado. Lo cierto es que el indulto perdona la pena, pero no borra el delito.

Sin embargo, ya empiezan a manifestarse los organismos europeos con mayor contundencia sobre la situación judicial y procesal de los líderes políticos presos. El Consejo de Europa, órgano consultivo pero que nombra jueces, aprobó, el mismo día de los indultos, un informe favorable a los independentistas con 70 votos a favor y 28 en contra.  Y, por su parte, Rull, Cuixart y otros presentaron, el mismo día de los indultos, el reclamo al Tribunal de DD.HH. de Estrasburgo por las irregularidades sucedidas en el juicio.  De esto se desprende que Europa irá dando la razón a los presos independentistas, porque claramente no hubo violencia imputable al pueblo en los comicios del 1° de octubre y con ello, no se sostiene ninguna de las acusaciones.

Pero está el tema de los fondos de Europa para la recuperación post-covid. No sería extraño que, así como Merkel, llamó a Rajoy para decirle “paren de pegarle a los votantes”, del mismo modo Europa esté diciendo ahora “la plata está si se libera da los políticos”. Hay afirmaciones que no son gratis en Europa y comparar a España con Turquía es una mortificación al narcisismo, pero no darle el dinero del fondo de recuperación es minar las expectativas reeleccionistas de Sánchez, que sabe que, si usa bien los fondos, los españoles lo vuelven a elegir.

Hay afirmaciones que no son gratis en Europa y comparar a España con Turquía es una mortificación al narcisismo

Libres los dirigentes, continúan los juicios contra tres mil personas que, de un modo u otro, participaron en los hechos del 1-O. Es claro que el régimen franquista no fue desterrado. A su vez, se realizarán juicios en el tribunal de cuentas, totalmente objetado (no son jueces, y hay nepotismo en la designación de los cargos), tendrán la consecuencia de llevar a la pobreza a muchos de los independentistas, embargando sus bienes, está el absurdo del enjuiciamiento del Conseller Mas Collel, -uno de los intelectuales de mayor renombre- que no era miembro del Govern durante los hechos del 1-O. Pero es tal el despropósito que se enjuicia a todo el que pueda ser instalado -aun arbitrariamente- en el lugar de la sospecha.

Claro que todo esto no es casual, pues se busca, de este modo, torpedear la mesa del diálogo. Se le nuestra que, la represión, de un modo u otro, no cesa y, de paso, se le marca la cancha a Sánchez precisándole límites a un eventual anhelo de discrecionalidad en su gestión.

La democracia avanza, aunque no al ritmo que sería de desear. Europa verá votar de nuevo a Escocia y habrá otros pedidos de soluciones pactadas a través de las urnas. El tiempo está a favor de una solución pactada y democrática. Hay que ver si los partidos independentistas logran sostener el pulso a esos tiempos que, como nunca, requieren, en dosis iguales, tanto de paciencia como de inteligencia ya que son líneas políticas diferentes que solo los unen el objetivo de la independencia.

 

*Presidente Mutual Catalana. Vocal FIEC.