“Hay muchas ideas entre quienes se oponen al régimen en Cuba. Hay desde anarquistas, liberales, socialdemócratas, religiosos. La oposición en Miami tiene un rol, pero no es para nada lo que define al conjunto. De hecho, es un colectivo que tiene mucho para decir sobre la sociedad”. El panorama que describe Marlene Azor Hernández es el de la complejidad. “Los déficits de lo que está pasando tienen que ver con distintas formas de los derechos humanos: la situación de los afroamericanos sigue siendo compleja. Lo mismo sucede con las personas homosexuales. La Constitución cubana da el derecho al aborto, lo que me parece un gran avance, pero no sabemos cómo se ejerce. El hecho de que sea un partido único complica las cosas. Es difícil, si no imposible, tener información de datos duros sobre distintas cuestiones.
Contra lo que indica el prejuicio, que nuestra entrevistada adjudicará a la “propaganda del régimen castrista”, para Marlene Azor Hernández el paraíso de los derechos humanos no está en los Estados Unidos, sino en los países nórdicos. Una sociedad con muchos derechos civiles garantizados, con una ética social importante y, claro está, con partidos políticos y elecciones. Sí, el ideal de esta catedrática que es entrevistada por PERFIL en Buenos Aires, que vive en México y estudió en su país, Rusia y París, está en una sociedad en la que se respeten a ultranza los derechos humanos, pero que no deje de incluir derechos como la salud, la educación, la igualdad. “El problema –dirá, taxativa– es que en Cuba esos derechos no se cumplen. Ni siquiera se miden los niveles de pobreza”.
—La igualdad es una bandera de las izquierdas. Mucha gente suele pensar que en Cuba el sentido de toda la sociedad es la igualdad...
—La visión que se tenía de toda Europa del este mientras existió y de Cuba, según ellos mismos, es que sí tenían los derechos humanos garantizados, porque tenían los derechos económicos, sociales y culturales, la salud y la educación garantizados. Q
ue la crítica era una manipulación del imperialismo. Pero cuando se desmantela el sistema, nosotros lo que encontramos es sociedades precarizadas, vulnerables, en las que tampoco se encuentran altos niveles de educación de calidad, ni salud de calidad, con altos bolsones de pobreza. No tienen derechos laborales. Resulta que aquello era una intención política, pero no un resultado histórico.
Algunos aspectos como proyecto están muy priorizados. Pero cuando indagamos, nos encontramos con otra realidad. Cuando Cuba pierde el subsidio soviético, los niveles de desigualdad aumentaron exponencialmente. Y junto con ellos, los niveles de pobreza. Esto sucedió de manera galopante.
—¿Hay gente rica en Cuba?
—Hay gente rica y gente paupérrima. Y lo peor es que no podemos tener datos fehacientes, porque Cuba hizo un apagón estadístico hace unos veinte años. Nos podemos aproximar cualitativamente, pero no cuantitativamente. Se sabe que los niveles de salario son bajísimos. En Cuba no se publica el valor de la canasta básica, ni el valor de salario mínimo. Con lo cual, mucho menos podemos saber la relación entre uno y otro. Hay datos que se ocultan sistemáticamente.
—¿Países como México o Argentina estarían en una situación aceptable?
—Hay muchos, muchos temas por mejorar. El continente tuvo un desarrollo económico en los últimos años por el precio de los commodities, proceso que ya terminó, pero queda mucho por hacer en materia de desigualdad. Hay que entender que quien nació pobre tiene que tener condiciones para salir de esa situación.
—¿La igualdad es un derecho humano?
—Sí, pero no entendida como igualitarismo, sino como equidad, igualdad de oportunidades. A partir del nuevo siglo está consensuada la interdependencia de todos los derechos humanos. No sólo los civiles y los políticos, en igual importancia están los de segunda generación.
Venezuela: “Van contra la sociedad civil”
—El socialismo real fue un fracaso. Pero ¿qué pasa con el capitalismo?
—A mí me encantaría ser nórdica. Y eso es capitalismo. Depende mucho de dónde se den las cosas. Creo que hay una garantía fundamental, aun para los derechos económicos y sociales, que es el derecho de votar, el derecho de tener organizaciones y partidos políticos. Y tener libertad de información, libertad de prensa, libertad de movilidad, de movilización y manifestación.
—Es inevitable la asociación con Venezuela.
—Suceden cosas parecidas en Cuba. En Venezuela se avanza a pasos agigantados hacia eliminar a toda la sociedad civil representada. Porque lo que genera el partido del poder no es sociedad civil, sino organizaciones paraestatales. Eso no es sociedad civil. Mientras que el gobierno sea quien delimite quién eres tú, cómo debes actuar, cuál es el reglamento, no hay libertades. Eres parte del aparato del Estado. Y esto es algo que sucede también en China, en los países del este de Europa durante el socialismo real, o en Vietnam. Los partidos únicos que han demostrado que no sirven para mantener ningún equilibrio democrático.