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Debate ideológico

Estigmatizaciones

La participación de Mauricio Macri, en el campeonato mundial senior de bridge genera especulaciones e intereses ocultos de opinólogos. Los beneficios de este juego intelectual y estratégico.

Bridge - Mauricio Macri y Juliana Awada
Bridge - Mauricio Macri y Juliana Awada | cedoc

En sociología, estigma es una condición, atributo, rasgo o comportamiento que hace que la persona portadora sea incluida en una categoría social de la que se tiene una visión negativa. Según el sociólogo canadiense Erving Goffman, que creó el concepto, la relación de estigma se establece entre un individuo y un grupo respecto a un conjunto de expectativas; intenta enviar al ostracismo, devaluar, rechazar y vilipendiar a las personas estigmatizadas. A su vez, la estigmatización provoca a los individuos estigmatizadores su deshumanización, aversión al otro y la despersonalización de los demás a través de caricaturas estereotipadas.

La participación de Mauricio Macri -integra el equipo campeón sudamericano-, en el campeonato mundial senior de bridge trajo aparejada la aparición de una serie de opiniones preideológicas que, a través de la estigmatización de este deporte de la mente, intentan también la estigmatización de nuestro expresidente, que ha estudiado mucho para llegar a ser el muy buen jugador que es.

Usualmente, la ideología, al intentar mostrar su explicación de la realidad, obedece a intereses y posiciones sociales predeterminadas de marcada connotación político-económica. Así, el carácter subjetivo de la ideología, en vez de representar la realidad, la encubre, impidiendo que responsablemente se incorporen a la discusión pública la objetividad, la evidencia científica y el conocimiento. No es necesario en este caso desenmascarar intereses ocultos en la ideología de opinólogos banales. Hannah Arendt acuñó la expresión «banalidad del mal» para expresar que algunos individuos actúan sin reflexionar sobre las consecuencias de sus actos.

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Conocer las múltiples virtudes del bridge puede contribuir, entonces, a no llenar los espacios vacíos con suposiciones erróneas o estereotipos.

El bridge no es sólo un pasatiempo, sino una actividad formadora por excelencia. Practicado por unos cien millones de personas en el mundo, tiene más 500 años y es considerado deporte olímpico. Durante el siglo XX, la cultura democrática influenció al Comité Olímpico Internacional (COI) para abrir la puerta a una definición más amplia de los deportes. Así, la Carta Olímpica es el ideal olímpico como “una filosofía de vida, exaltando y combinando en un entero equilibrio las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu”. El intelecto es una de las cualidades del cuerpo. De acuerdo con esa realidad, el COI siguiendo el mismo tratamiento dado al ajedrez, reconoció a la World Bridge Federation (WBF) en 1995.

Mauricio Macri jugará el mundial: el expresidente será parte del equipo argentino de Bridge

El bridge es un juego estratégico en el que no interviene el azar. Mediante una subasta con un lenguaje especial -convenciones-, las parejas acuerdan cumplir el mejor contrato posible con las cartas que les tocaron -ganar determinado número de bazas-, al tiempo que sus adversarios también pujan por el mismo objetivo. Quienes ganen la subasta intentarán cumplir lo acordado mientras que quienes la perdieron pretenderán que no lo cumplan.

Desde lo intelectual, el bridge desarrolla el pensamiento no verbal, el razonamiento lógico y las cualidades de coordinación, concentración, análisis, autonomía, iniciativa y retención visual. Ejercita la memoria, pone en movimiento estructuras mentales necesarias en la aplicación de estrategias. Presenta el mayor desafío a la mente humana, por la variedad de sus casos y la pluralidad de sus soluciones. Ayuda a predecir situaciones hipotéticas en áreas como las probabilidades, potencia habilidades de raciocinio y la comprensión. Tiende a formar personas con conciencia crítica y capacidad de respuesta ante los cambios.

Mahatma Ghandi realizaba un paralelo entre su filosofía y el bridge; planteaba que el karma eran las cartas que te repartían, y el dharma, la manera en que las utilizaba, lo que dependía de la seriedad, atención y empeño dedicados.

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Mahatma Ghandi realizaba un paralelo entre su filosofía y el bridge; planteaba que el karma eran las cartas que te repartían, y el dharma, la manera en que las utilizaba, lo que dependía de la seriedad, atención y empeño dedicados.

Pero por sobre todas las cosas, el bridge es un puente de unión entre personas: ayuda al desarrollo social al ser el único deporte de la mente para practicar en pareja, mejorando el espíritu de equipo. El jugador depende de la información que le brindan su compañero y oponentes para tomar decisiones. Habla, escucha y reacciona de acuerdo a la información. Por lo tanto, enseña a confiar y comunicarse con los demás para beneficio mutuo.

Además, forma el carácter, ya que se trabaja dentro de reglas y límites precisos. Se aprende a ser paciente, a ser un buen ganador y buen perdedor.

Para los niños, el bridge brinda nuevas experiencias ampliando horizontes a nivel social y material: usan sus cerebros, interactúan cara a cara con otros niños. Nadie se siente al margen; en cada juego, el niño tiene la oportunidad de competir.

Su enseñanza ya es normal de forma uniforme y estandarizada en escuelas de países tan disímiles como China, Nueva Zelanda, India, Turquía, Suecia, República Checa, Israel, Botswana o Francia.

Su práctica fomenta una serie de valores educativos, formativos y sociales: el espíritu de competición, el compañerismo, la capacidad de análisis y deductiva, la disciplina y la concentración. Posibilita desarrollar la reflexión y la adquisición de las bases de un razonamiento matemático, a través de numerosas operaciones de cómputo mental y deducciones simples. Permite trabajar las estadísticas, los conteos y las probabilidades, la aritmética, la geometría así como la algorítmica. Promueve las habilidades lingüísticas construyendo un vocabulario, expresando las ideas dentro de un marco dado y transmitiendo un mensaje para lograr su propósito.

El bridge es también beneficioso para la salud; se ha comprobado que al jugarlo se liberan endorfinas que provocan estado de placer ayudando en la prevención de graves enfermedades, como la depresión y los trastornos cardíacos. La actividad cognitiva puede ejercitarse. Los jugadores planifican, ejercitan la memoria y el razonamiento, planean secuencias y ejecutan muchas otras funciones complicadas que están relacionadas con la corteza dorsolateral del cerebro. Muchos de los trastornos que afectan al cerebro se pueden prevenir y tratar; la parte del cerebro utilizada estimula el sistema inmunológico. El bridge está en el primer lugar como juego intelectual que desarrolla todas las operaciones de Piaget y aumenta las conexiones neuronales para evitar derrames cerebrales y procesos de deterioro cognitivo. Y todo esto se constata en los adultos mayores que mantienen su lucidez intacta. Retarda enfermedades de la tercera edad como el alzhéimer y la demencia senil. Además, mejora el estado de ánimo de ciertas depresiones al ser un espacio de inclusión, donde generar un intercambio y sociabilizar.

Muchos opinólogos -y políticos- debieran conocer las múltiples virtudes de este juego ciencia antes de hablar con liviandad -o manifiesta intencionalidad-.


*Es miembro del Instituto de Política Ambiental de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.